La búsqueda en Villa Verde
Había una vez en un hermoso pueblo llamado Villa Verde, un niño llamado Juanito. Era un día soleado y brillante, perfecto para salir a jugar.
Juanito decidió ir a la plaza del pueblo, conocida por su exuberante vegetación y su sol radiante. Al llegar a la plaza, Juanito se dio cuenta de que algo faltaba: no encontraba a su amiga Juanita por ningún lado.
Caminó de un lado a otro, buscando entre los árboles y detrás de los arbustos, pero no había rastro de ella. Así que decidió subir al palo más alto de la plaza para tener una mejor vista. Desde allí arriba pudo ver toda la plaza y sus alrededores.
Pero aún así no encontraba a Juanita. "¿Dónde estará?", pensó preocupado mientras descendía del palo. Justo cuando estaba por rendirse y volver a casa desilusionado, escuchó una risa melodiosa que provenía del otro extremo de la plaza.
Siguiendo el sonido, llegó hasta un pequeño lago rodeado de flores multicolores donde encontró a Juanita sentada en un banco disfrutando del día. Juanito se acercó corriendo hacia ella con grandes ganas de darle amor y abrazarla fuerte.
"¡Juanita! ¡Te he estado buscando por todas partes!", exclamó emocionado. Juanita lo miró con una sonrisa dulce en el rostro y le respondió: "-Yo también te he estado buscando, Juanito".
Los dos amigos pasaron el resto del día juntos en la plaza verde bajo el sol brillante. Jugaron entre las flores, se balancearon en los columpios y compartieron deliciosos helados. Se divirtieron tanto que el tiempo pasó volando.
Mientras jugaban, Juanito le contó a Juanita sobre su aventura en el palo y cómo había buscado desesperadamente a su amiga por toda la plaza. "-Me alegra haberte encontrado finalmente", dijo Juanito con una mirada llena de cariño. Juanita le respondió: "-Y yo estoy feliz de estar aquí contigo, Juanito.
Eres mi mejor amigo". A partir de ese día, Juanito y Juanita se convirtieron en inseparables. Juntos exploraron cada rincón del pueblo, descubriendo nuevos lugares llenos de diversión y aprendizaje.
Su amistad creció día a día, alimentada por el amor y la confianza mutua. Aprendieron a valorar las pequeñas cosas que les regalaba la vida y a disfrutar cada momento juntos. Así es como Juanito encontró a Juanita en aquella plaza verde con un sol brillante.
Y desde entonces, su historia de amor y amistad fue inspiradora para todos los niños del pueblo, quienes aprendieron que cuando buscas con ganas algo importante para ti, siempre terminas encontrándolo en el lugar menos esperado.
FIN.