La búsqueda interior de Juan


Había una vez un niño llamado Juan, que vivía en una pequeña aldea rodeada de montañas y bosques. Era un niño curioso y aventurero, siempre buscando nuevas experiencias y emociones.

Un día, mientras exploraba el bosque cercano a su casa, encontró una carta misteriosa en el suelo. La carta estaba escrita en un papel viejo y arrugado, con letras grandes y extrañas.

Juan se acercó para leerla mejor y descubrió que decía lo siguiente: "Si quieres encontrar la felicidad verdadera, debes seguir el camino hacia el sur hasta llegar a la cima de la montaña más alta. Allí encontrarás a Dios".

Juan no sabía qué hacer con esa información, pero sintió una curiosidad inmensa por saber más sobre ese lugar desconocido. Así que decidió emprender su viaje hacia el sur. El camino era largo y cansado, pero Juan no se dio por vencido.

Caminaba todos los días bajo el sol ardiente o la lluvia torrencial sin importarle las condiciones climáticas. Al principio del viaje se sentía emocionado e impaciente por llegar rápido a su destino final.

Pero después de algunos días caminando sin parar se empezó a sentir desanimado porque parecía que nunca iba a llegar al final del camino. En uno de los momentos más difíciles de su travesía se topó con un anciano sabio quien le preguntó -¿A dónde te diriges joven? -.

Juan le contó sobre la carta misteriosa que había encontrado en el bosque y cómo había decidido seguir sus instrucciones para encontrar la felicidad verdadera. El anciano le sonrió y le dijo -La felicidad verdadera no se encuentra en un lugar o en una montaña, joven.

La felicidad verdadera está dentro de ti-. Juan no entendió muy bien lo que el anciano quería decir, pero siguió su camino hacia el sur.

Después de muchos días caminando, finalmente llegó a la cima de la montaña más alta del sur. Allí encontró una pequeña capilla con una imagen de Dios tallada en madera. Juan se arrodilló frente a la imagen y oró por un momento.

Pero aunque estaba feliz porque había cumplido su objetivo, todavía no se sentía completamente satisfecho. Fue entonces cuando recordó las palabras del anciano sabio y comprendió lo que significaban: "La felicidad verdadera está dentro de ti". Juan se dio cuenta de que había aprendido mucho durante su viaje al sur.

Había aprendido sobre la perseverancia, la paciencia y el valor para enfrentar los desafíos más difíciles.

Y así fue como Juan regresó a casa con un nuevo propósito en su corazón: buscar siempre la verdad y nunca rendirse ante las dificultades del camino.

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