La búsqueda mágica



Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de un frondoso bosque, dos niños llamados Juan y Ana. Eran los mejores amigos y siempre compartían aventuras juntos.

Un día, mientras exploraban el bosque, se encontraron con una vieja choza abandonada. Intrigados por lo que podría haber dentro, decidieron entrar y descubrieron una escoba mágica. Sin pensarlo dos veces, subieron a la escoba y comenzaron a volar por encima de los árboles del bosque.

Mientras volaban emocionados, llegaron a un claro donde vieron a una hermosa princesa llorando desconsoladamente. Se acercaron rápidamente para consolarla y preguntarle qué le sucedía.

La princesa les contó que había sido hechizada por un malvado mago y estaba atrapada en el bosque hasta que alguien pudiera romper el hechizo. Juan y Ana sabían que debían ayudarla, así que buscaron en su mochila su libro de cuentos mágicos.

Encontraron la historia de una hada madrina poderosa capaz de romper cualquier tipo de hechizo. Decididos a encontrarla, continuaron volando con la escoba mágica hasta llegar al corazón del bosque. Allí encontraron a un grupo de hadas jugando entre las flores.

"¡Hola! ¿Alguna de ustedes es la famosa hada madrina?" -preguntó emocionado Juan. Una pequeña hadita se acercó sonriendo y respondió: "Soy Estrellita, yo soy la única hadita capaz de conceder deseos". Los niños explicaron sobre la princesa y el hechizo que necesitaban romper.

Estrellita les dijo que para romper el hechizo, debían encontrar tres objetos mágicos escondidos en diferentes partes del bosque. Así comenzó una emocionante búsqueda por el bosque encantado. Juan y Ana se adentraron entre los árboles, guiados por las indicaciones de Estrellita.

Después de un largo recorrido, encontraron una varita mágica brillante escondida detrás de una cascada cristalina. Con ella en su poder, siguieron buscando los otros dos objetos.

Encontraron un amuleto dorado oculto en lo más alto de un árbol gigante y un espejo mágico custodiado por un troll gruñón. Con valentía y astucia, lograron convencer al troll para que les entregara el espejo. Con los tres objetos mágicos en su poder, regresaron junto a la princesa.

Siguiendo las instrucciones de Estrellita, colocaron la varita mágica sobre el amuleto dorado y reflejaron su luz con el espejo hacia la princesa. Un destello brillante envolvió a la princesa mientras el hechizo se desvanecía lentamente.

Al fin libre, la princesa les dio las gracias emocionada. "¡Gracias a ustedes mi vida vuelve a ser normal! ¿Cómo puedo recompensarlos?" -preguntó la princesa sonriente. Juan y Ana intercambiaron miradas llenas de alegría antes de responder: "Nosotros solo queremos ver felices a todos".

La princesa comprendió su nobleza y decidió hacer algo especial por ellos. Los llevó al castillo y organizó una gran fiesta en su honor, invitando a todos los niños del pueblo.

Desde ese día, Juan y Ana se convirtieron en los héroes de su pueblo, siempre recordados por su valentía y generosidad.

Y así, gracias a la amistad, el coraje y la ayuda desinteresada de estos dos niños, el bosque volvió a ser un lugar lleno de alegría y magia para todos sus habitantes.

FIN.

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