La búsqueda mágica de la familia perdida



Había una vez en la ciudad un perro negro llamado Astor y una gata blanca llamada Atenea. Vivían juntos en una cabaña que Astor había construido con sus propias patas.

A pesar de ser de diferentes especies, se enamoraron y formaron una familia muy especial. Un día, Atenea dio a luz a dos adorables criaturas: una perrita negra como su padre y un gatito blanco como su madre.

Los padres estaban muy felices de tener hijos tan hermosos y únicos. La familia vivía feliz en su cabaña hasta que un día, mientras jugaban afuera, la perrita y el gatito se separaron del camino principal y se perdieron en la ciudad.

La mamá y el papá buscaron por todas partes pero no pudieron encontrarlos. La perrita y el gatito estaban asustados porque nunca habían estado solos antes. Pero pronto conocieron a otros animales mágicos que les enseñaron cómo sobrevivir en la ciudad.

"¿Cómo vamos a volver a casa?" preguntó la perrita preocupada. "No te preocupes" respondió el ratón mágico "yo conozco un camino secreto para llegar a tu casa". Así comenzó la aventura de los dos pequeños animales mágicos para regresar con sus padres.

En su camino encontraron muchos obstáculos, pero siempre contaron con la ayuda de otros animales mágicos. Encontraron al conejo mágico que los ayudó a saltar sobre un río lleno de cocodrilos -"¡Gracias por ayudarnos!" dijo emocionada la perrita.

"Siempre estoy aquí para ayudar a los animales mágicos" respondió el conejo. También conocieron al murciélago mágico que los guió por un oscuro túnel -"¿Estamos cerca de casa?" preguntó el gatito asustado. "Sí, casi llegamos" respondió el murciélago.

Finalmente, después de muchos días de caminar y aventurarse en la ciudad, encontraron su camino de regreso a casa. La mamá y el papá estaban muy felices de verlos nuevamente. "¡Qué alegría volver a verte!" dijo emocionada Atenea.

"Gracias por traerlos sanos y salvos" dijo Astor mientras los abrazaba. La perrita y el gatito aprendieron una valiosa lección en su aventura: siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos si lo necesitamos.

Y así vivieron felices para siempre en su cabaña en la ciudad con sus padres y amigos animales mágicos.

FIN.

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