La búsqueda nocturna


Había una vez una oscuridad que vivía sola en un oscuro bosque. Un día, decidió tener un hijo y así nació el pequeño Hijo Oscuridad.

La Oscuridad era muy protectora con su hijo, siempre lo mantenía alejado de la luz del sol y los peligros del mundo exterior. Pero un día, mientras caminaban por el bosque, un vampiro apareció de la nada y le clavó sus garras al pequeño Hijo Oscuridad. La Oscuridad estaba desesperada.

No sabía qué hacer para salvar a su hijo de las garras del vampiro que había mordido su sangre.

Entonces recordó algo que había escuchado en una historia antigua: si conseguían la flor mágica de luna llena, podrían curar cualquier herida causada por los vampiros. Así que, sin pensarlo dos veces, la Oscuridad comenzó su búsqueda por el bosque para encontrar la flor mágica de luna llena y salvar a su hijo.

En su camino se encontró con varios personajes interesantes como un búho sabio que le dio consejos valiosos y una araña amistosa que le ayudó a cruzar ríos peligrosos.

Finalmente llegaron al lugar donde crecía la flor mágica de luna llena pero se encontraron con otro problema: estaba protegida por un dragón feroz. La Oscuridad no quería rendirse sin intentarlo así que decidió hablar con el dragón. "Por favor señor dragón -dijo- mi hijo ha sido herido gravemente por un vampiro malvado y necesito esta flor para curarlo".

El dragón, sorprendido por la valentía de la Oscuridad y conmovido por su amor hacia su hijo, decidió ayudarla y le dio la flor mágica de luna llena.

La Oscuridad regresó a su hogar en el bosque y usó la flor para curar las heridas del pequeño Hijo Oscuridad. A partir de ese día, aprendieron juntos que aunque hay peligros en el mundo exterior, siempre pueden encontrar ayuda si buscan con coraje y determinación.

Y así vivieron felices para siempre, madre e hijo unidos por un amor inquebrantable y una aventura emocionante que nunca olvidarían.

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