La búsquedas de Eduarda


Eduarda era una niña muy tranquila y callada. Le gustaba pasar tiempo leyendo libros o dibujando en su cuaderno. Pero un día, algo terrible sucedió: su hermana mayor desapareció. Era un día normal en la casa de Eduarda.

Su hermana había salido a hacer algunas compras al supermercado del barrio, pero nunca regresó. La familia estaba preocupada y comenzaron a buscarla por todas partes, pero no pudieron encontrarla. Eduarda se sentía triste y asustada.

No sabía qué había pasado con su hermana y se preguntaba si algún día volvería a verla. A pesar de todo esto, ella decidió que tenía que hacer algo para ayudar en la búsqueda.

Comenzó a investigar por su cuenta y habló con todos los vecinos del barrio para ver si alguien había visto algo sospechoso ese día. Pero nadie parecía saber nada.

Un día, mientras paseaba por el parque cercano a su casa, Eduarda vio algo extraño entre los arbustos. Se acercó lentamente para ver qué era y descubrió una nota escrita en un pedazo de papel arrugado. La nota decía: "Si quieres encontrar a tu hermana, sigue las pistas".

Debajo de la nota había una serie de dibujos que parecían ser pistas sobre dónde encontrarla. Eduarda se sintió emocionada al pensar que podría estar más cerca de encontrar a su hermana perdida.

Comenzó a seguir las pistas cuidadosamente hasta llegar a una vieja casona abandonada en el centro del barrio. Cuando entró allí, encontró a su hermana atada y amordazada. Eduarda corrió hacia ella y la liberó rápidamente. Su hermana estaba asustada, pero ilesa.

Juntas regresaron a casa, donde fueron recibidas con abrazos y lágrimas de alegría por parte de su familia. Todos estaban felices de tener a la hermana mayor de vuelta en casa sana y salva.

Eduarda había demostrado ser valiente y decidida en su búsqueda para encontrar a su hermana perdida. Aprendió que nunca se debe rendir ante los obstáculos, incluso cuando todo parece estar en contra tuya. Y lo más importante: siempre hay personas dispuestas a ayudarte en momentos difíciles si les pides ayuda.

Desde ese día, Eduarda ya no era solo una niña tranquila y callada. Había demostrado tener un gran coraje dentro de sí misma, capaz de enfrentar situaciones difíciles e impredecibles con valentía e inteligencia.

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