La cabaña compartida



dió ir con ellos para ayudar en lo que pudiera. - Papá, ¿a dónde vamos? - preguntó Pepito mientras caminaban por el bosque. - Vamos a buscar comida, hijo.

No tenemos nada en casa y tu madrastra dice que aquí podremos encontrar algo - respondió el padre con tristeza en su voz. Pepito sabía que las cosas no estaban bien en casa desde que su papá se había casado con la nueva esposa.

Ella era muy mala con él y sus hermanos, siempre los hacía trabajar sin descanso y les daba muy poca comida.

Pero él seguía siendo un niño feliz y curioso, así que decidió aprovechar la oportunidad de estar en el bosque para explorar un poco. Mientras caminaba entre los árboles, Pepito encontró una pequeña cabaña abandonada. Se acercó a ella y se asomó por la ventana. Adentro vio una mesa llena de comida deliciosa: pan recién horneado, frutas frescas y quesos aromáticos.

- ¡Papá, ven rápido! Hay una cabaña aquí cerca y hay mucha comida adentro - gritó Pepito emocionado. El padre y la madrastra se acercaron corriendo al escucharlo.

Al ver la cabaña llena de comida, la madrastra dijo:- Qué suerte hemos tenido. Esta comida es nuestra ahora. Pero Pepito no estaba tan seguro de eso. Él sabía que tomar algo sin permiso no era correcto y además le parecía extraño que alguien dejara tanta comida ahí abandonada.

Así que decidió investigar más a fondo. Entró a la cabaña y encontró una nota en la mesa que decía:"Queridos visitantes, esta comida es para todos aquellos que la necesiten.

Por favor, no tomen más de lo que necesitan y asegúrense de dejar algo para los demás". Pepito se sintió mal al darse cuenta de que su madrastra estaba pensando en tomar toda la comida para ellos solos. Así que decidió hacer algo al respecto.

- Papá, ¿y si compartimos un poco de esta comida con nuestros vecinos del bosque? Sé que ellos también están pasando por momentos difíciles - sugirió Pepito. El padre se sorprendió por la idea de su hijo y luego le sonrió orgulloso.

- Me parece una excelente idea - dijo el padre mientras comenzaban a empacar algunas cosas para llevar a sus vecinos del bosque. Cuando llegaron a casa esa noche, compartieron la comida con sus vecinos del bosque.

Todos estaban muy agradecidos y les prometieron ayudarles en lo que pudieran en el futuro. Desde ese día en adelante, la familia aprendió sobre el valor de compartir y trabajar juntos como comunidad.

Y Pepito se convirtió en un héroe entre sus amigos animales del bosque por su valentía y generosidad.

FIN.

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