La Cabaña Mágica



Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas nevadas, vivían tres niños llamados Nieve, Niños y Ogro. Eran grandes amigos y siempre estaban juntos. Un día, mientras jugaban en el bosque, encontraron una vieja cabaña abandonada.

Nieve, que era la más valiente del grupo, se acercó a la puerta y dijo: "¿Qué tal si entramos a explorar? Tal vez podamos encontrar algo interesante". Los otros dos niños asintieron emocionados y entraron con ella.

Dentro de la cabaña había un desorden total. Había muebles rotos y libros esparcidos por todas partes. Pero lo más sorprendente fue cuando descubrieron una foto antigua enmarcada en una mesita cerca de la ventana.

En la foto aparecían tres personas sonrientes: un niño pequeño, su padre y su abuelo. Los niños se preguntaron quiénes eran esas personas y qué habría pasado con ellos. Decidieron investigar para resolver el misterio.

Buscaron pistas por toda la casa hasta que encontraron un diario oculto debajo de uno de los muebles rotos. Con mucho cuidado, abrieron el diario y comenzaron a leer las historias escritas por el niño que aparecía en la foto.

Descubrieron que se llamaba Felices y que solía vivir en esa cabaña junto a su padre y su abuelo. "¡Miren esto!", exclamó Nieve emocionada al leer una página del diario donde decía: "Mi abuelo tenía poderes mágicos para hacer felices a las personas".

Los niños se miraron entre sí y supieron que debían encontrar ese poder mágico para devolver la felicidad a la cabaña. Decidieron buscar en el bosque, siguiendo las indicaciones del diario.

Caminaron durante horas hasta que encontraron una cueva escondida detrás de un gran árbol. Dentro de la cueva, vieron un objeto brillante en el suelo: era una varita mágica. "¡Lo encontramos! ¡El poder mágico del abuelo!", exclamó Ogro emocionado mientras levantaba la varita.

Sin perder tiempo, los tres amigos regresaron a la cabaña y comenzaron a usar el poder de la varita para arreglar todo lo que estaba roto.

Las sillas volvieron a ser como nuevas, los libros se alinearon perfectamente en los estantes y las ventanas brillaban limpias. Pero aún faltaba algo importante: encontrar a Felices y su familia. Decidieron hacer un hechizo para traerlos de vuelta. Cerraron los ojos, tomaron sus manos y pronunciaron unas palabras mágicas.

De repente, frente a ellos apareció una luz brillante y cuando se desvaneció, allí estaban Felices junto a su padre y abuelo sonriendo felizmente. "¡Gracias por devolvernos nuestro hogar!", dijo Felices con lágrimas de alegría en sus ojos.

Los niños explicaron cómo habían encontrado la cabaña abandonada y descubrieron su historia en el diario de Felices. Todos compartieron risas y abrazos mientras recordaban viejos tiempos.

A partir de ese día, Nieve, Niños y Ogro se convirtieron en los nuevos amigos de Felices y su familia. Juntos, disfrutaron de la magia de la cabaña y aprendieron valiosas lecciones sobre amistad, resiliencia y el poder del amor.

Y así, esa pequeña cabaña abandonada se transformó en un hogar lleno de risas, aventuras y felicidad para todos.

FIN.

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