La cacería de los mosquitos traviesos


En la Escuela Primaria "Los Amiguitos", un día de lluvia torrencial sorprendió a todos los niños y niñas.

El sonido de las gotas golpeando fuertemente contra el techo del colegio creaba una atmósfera acogedora, pero algo inusual estaba por ocurrir. Mientras los estudiantes estaban en clase, comenzaron a escuchar un zumbido molesto que provenía de todas partes. ¡Eran mosquitos! Pequeños y fastidiosos mosquitos que habían encontrado refugio en las aulas debido a la lluvia.

La Seño Laura, una maestra joven y muy querida por todos, decidió tomar cartas en el asunto. Les pidió a sus alumnos que se mantuvieran tranquilos y les explicó la importancia de mantener la calma en situaciones complicadas. "Chicos, no se preocupen.

Vamos a resolver este problema juntos", dijo la Seño Laura con una sonrisa tranquilizadora. Los niños, siguiendo las indicaciones de su maestra, cerraron todas las ventanas y puertas para evitar que más mosquitos ingresaran al salón.

Luego, buscaron trapos y pañuelos para tratar de atrapar a los insectos molestos. "¡Vamos equipo! ¡Juntos podemos lograrlo!", exclamó Tomás, uno de los alumnos más entusiastas del grupo.

Con paciencia y trabajo en equipo, lograron capturar a la mayoría de los mosquitos que revoloteaban por el salón. Sin embargo, aún quedaba un mosquito travieso que parecía burlarse de ellos al esquivar cada intento de atraparlo. "¡Este mosquito es muy inteligente!", dijo entre risas Sofía, otra alumna del curso.

La Seño Laura observaba orgullosa cómo sus alumnos trabajaban juntos para resolver un problema inesperado. En ese momento, tuvo una idea brillante: propuso transformar la caza del mosquito en un juego educativo.

"¿Qué les parece si convertimos esto en una competencia? El primero que logre atrapar al mosquito será nombrado "El Cazamosquitos Oficial" del curso", propuso la maestra con entusiasmo. Los niños aceptaron emocionados el desafío y comenzaron a perseguir al mosquito con renovada energía.

Después de unos minutos llenos de risas y movimientos rápidos, finalmente fue Martina quien logró atrapar al escurridizo insecto. "¡Felicidades Martina! Eres nuestra Cazamosquitos Oficial", anunció la Seño Laura mientras todos aplaudían emocionados.

Ese día quedó marcado en la memoria de todos como el día en el que enfrentaron juntos un pequeño desafío con valentía y trabajo en equipo.

A partir de entonces, cada vez que veían llover recordaban con cariño aquella divertida jornada escolar llena de mosquitos traviesos y enseñanzas inolvidables sobre colaboración y perseverancia.

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