La caja de los recuerdos
Nicolás era un niño muy especial. A diferencia de otros niños de su edad, a él no le gustaba salir de casa. Prefería quedarse en su habitación jugando videojuegos o viendo películas.
Su mamá, preocupada por la falta de actividad física y socialización de Nicolás, intentó convencerlo varias veces para que saliera a jugar con otros niños del barrio o simplemente pasear por el parque.
"Nico, ¿por qué no vas a jugar un rato afuera? Hace un día hermoso", le decía su mamá. "No quiero salir", respondía Nicolás sin levantar la vista de la pantalla. Un día, mientras su mamá limpiaba el desorden en la habitación de Nicolás, encontró una vieja caja llena de recuerdos.
Había fotos y objetos que recordaban momentos felices que habían compartido juntos como familia. "Mira Nico, encontré esta caja con todos estos recuerdos", dijo su mamá emocionada.
"¿Por qué no los vemos juntos?"Aunque al principio Nicolás se resistió, poco a poco comenzó a interesarse en las cosas que había dentro de la caja. Su mamá le contó historias divertidas sobre cada foto y objeto y juntos rieron y disfrutaron del momento.
"Mamá, ¿puedo llevarme esta pelota al parque?", preguntó Nicolás señalando una pelota antigua que había encontrado en la caja. "¡Claro! Vamos al parque ahora mismo", respondió su mamá emocionada por ver a su hijo animado por salir finalmente de casa.
En el parque, Nicolás descubrió lo genial que era jugar con otros niños y correr al aire libre. También se dio cuenta de lo importante que era pasar tiempo con su familia y crear recuerdos juntos.
Desde ese día, Nicolás comenzó a salir más seguido de casa. Ya no quería pasar todo el tiempo encerrado en su habitación, sino que disfrutaba del sol, la naturaleza y de las emociones que sentía cada vez que jugaba o compartía momentos especiales con sus seres queridos.
Y así fue como Nicolás aprendió una valiosa lección: aunque es cómodo estar dentro de casa, salir a explorar el mundo puede ser muy divertido e inspirador.
FIN.