La Caja del Tesoro
Juan era un niño muy curioso y aventurero. Le encantaba explorar la playa en busca de tesoros escondidos entre las rocas y almejas. Un día, mientras caminaba por la orilla del mar, algo llamó su atención.
- ¡Mamá, papá! ¡Miren lo que encontré! -gritó Juan emocionado. Sus padres se acercaron corriendo para ver qué había descubierto su hijo. Cuando llegaron a su lado, vieron que tenía una pequeña caja de madera en sus manos.
- ¿Qué es eso, Juan? -preguntó su mamá intrigada. - No sé, pero parece un tesoro -respondió él con una sonrisa en el rostro.
Sus padres abrieron la caja y se sorprendieron al encontrar dentro una serie de mapas antiguos y monedas de oro. - Esto es increíble -dijo el papá de Juan-. Parece que has encontrado un auténtico tesoro pirata. Juan estaba tan feliz que no podía dejar de saltar y reír.
Pero pronto empezó a pensar en lo que podía hacer con todo ese dinero. Quería comprar juguetes nuevos y viajar por todo el mundo. Sin embargo, sus padres le explicaron que no era tan sencillo como eso.
Tenían que investigar primero si el tesoro tenía algún dueño legítimo o si pertenecía al estado. También tenían que pagar impuestos sobre cualquier ganancia obtenida del hallazgo del tesoro.
Juan se sintió un poco desilusionado al principio, pero luego entendió que había más cosas importantes en la vida que solo el dinero. Aprendió sobre la importancia del respeto a la propiedad, la honestidad y el trabajo duro. Junto con sus padres, Juan decidió investigar más sobre el origen del tesoro.
Descubrieron que pertenecía a un anciano marinero que había fallecido hace muchos años sin dejar herederos. Así que decidieron donar el tesoro al museo local para que pudiera ser compartido y disfrutado por todos.
Fue una decisión difícil para Juan, pero se sintió orgulloso de haber hecho lo correcto. A partir de ese día, Juan siguió explorando la playa en busca de tesoros, pero ya no solo pensaba en sí mismo sino también en los demás.
Aprendió a valorar las pequeñas cosas de la vida y a trabajar duro para alcanzar sus metas.
Y así fue como Juan encontró un verdadero tesoro: no solo una caja llena de oro y mapas antiguos, sino también una valiosa lección sobre la importancia de hacer lo correcto y pensar en los demás.
FIN.