La cama-castillo de Juanito
Había una vez un niño llamado Juanito, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Juanito era muy creativo y siempre estaba buscando nuevas formas de divertirse.
Un día, mientras ayudaba a su papá en el taller de carpintería, se le ocurrió una gran idea. "¡Papá, quiero fabricar mi propia cama!", exclamó Juanito emocionado.
Su papá lo miró sorprendido pero luego sonrió y le dijo: "¡Claro que sí, hijo! Será un proyecto divertido para hacer juntos". Así que Juanito y su papá se pusieron manos a la obra. Seleccionaron la madera más resistente y comenzaron a cortarla y pulirla con cuidado.
Juanito estaba fascinado viendo cómo poco a poco iba tomando forma la cama de sus sueños. "¿Cómo te gustaría que sea tu cama, Juanito?", preguntó su papá. "Quiero que tenga forma de castillo", respondió el niño con entusiasmo.
Entonces, su papá talló los detalles del castillo en la cabecera de la cama, mientras Juanito pintaba cada torre con colores brillantes y alegres. Pasaron días trabajando juntos en el taller, riendo y disfrutando cada momento. Finalmente, llegó el día en que la cama estuvo lista.
Era hermosa, parecía sacada de un cuento de hadas. Juanito no podía creer que él mismo hubiera sido parte de su creación. "¡Es perfecta! ¡Gracias por ayudarme a hacerla realidad, papá!", dijo emocionado abrazando a su padre.
Esa noche, Juanito durmió como nunca antes lo había hecho. Se sentía feliz y orgulloso al acostarse en su propia cama hecha con amor y dedicación.
A partir de ese día, aprendió que con esfuerzo y creatividad podía lograr cualquier cosa que se propusiera. Desde entonces, cada vez que veía su cama-castillo recordaba el maravilloso momento compartido con su papá en el taller.
Y así fue como Juanito descubrió el valor del trabajo en equipo, la importancia de perseguir sus sueños y la alegría de ver materializadas sus ideas más locas e increíbles.
FIN.