La cama elástica de la amistad


Era un día soleado en el barrio de Flores y los amigos Thiago, Samuel y Nacho estaban emocionados por la idea de ir a jugar a la casa de Máximo, su compañero de la escuela Lavalle.

Los cuatro eran inseparables y siempre buscaban maneras divertidas para pasar el tiempo juntos.

Cuando llegaron a la casa de Máximo, se encontraron con una sorpresa: ¡tenía una cama elástica en su patio trasero! Los ojos de los niños brillaron al verla y no pudieron esperar para saltar en ella. -¡Guau, esto es genial! -exclamó Thiago mientras daba unos saltos. -Sí, es como volar -dijo Samuel riendo mientras hacía piruetas en el aire.

Máximo les explicó las reglas del juego y cómo debían comportarse para evitar cualquier accidente. Los niños prestaron atención y prometieron seguir todas las instrucciones. Durante horas, los amigos saltaron sin parar. Hicieron carreras, competencias de salto alto y trucos impresionantes que dejaban boquiabiertos a todos.

Pero lo más importante era que se divertían juntos sin importar quién ganara o perdiera. Sin embargo, todo cambió cuando llegó otro grupo de niños al barrio. Eran mayores que ellos y parecían ser muy buenos en lo que hacían.

Los amigos se sintieron intimidados por ellos e incluso pensaron en dejar la cama elástica para evitar problemas. -¿Qué pasa chicos? ¿Por qué están tan callados? -preguntó Máximo notando el cambio de ánimo en sus amigos.

-Es que esos chicos parecen ser muy buenos en la cama elástica y nosotros no queremos hacer el ridículo -dijo Nacho con tristeza en su voz. Máximo sonrió y les dijo:-No importa si ellos son mejores o peores que nosotros.

Lo importante es que estamos aquí juntos, divirtiéndonos y apoyándonos mutuamente. No hay competencia más grande que la amistad. Los amigos se miraron entre sí y asintieron con una sonrisa en sus rostros.

Se dieron cuenta de que Máximo tenía razón y volvieron a saltar sin miedo, disfrutando de cada momento juntos. Cuando llegó la hora de irse, los amigos se despidieron con un abrazo fuerte y prometieron volver pronto para seguir saltando juntos.

Aprendieron una valiosa lección sobre la verdadera amistad: no importa cuán diferentes sean las habilidades o intereses, lo importante es apoyarse mutuamente y divertirse juntos sin importar nada más.

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