La canción de Ardilla aria


Había una vez en el frondoso bosque de la Patagonia, una ardilla muy especial llamada Ariana. Ardilla aria era diferente a las demás ardillas del bosque: tenía un pelaje más brillante, ojos más grandes y una cola más esponjosa.

Pero lo que realmente destacaba en ella era su voz melodiosa y hermosa. Un día, mientras Ardilla aria cantaba alegremente entre las ramas de los árboles, un grupo de animales del bosque se reunió para escucharla.

Todos quedaron maravillados por la dulzura de su canto y la armonía de sus notas. "¡Qué hermosa voz tienes, Ardilla aria! Nunca habíamos escuchado algo así en el bosque", exclamó el zorro.

"Sí, es como si los pájaros mismos te hubieran enseñado a cantar", agregó el conejo. A partir de ese día, todos los animales del bosque esperaban con ansias escuchar a Ardilla aria cantar al atardecer.

Su música alegraba los corazones de todos y creaba un ambiente mágico en el bosque. Sin embargo, un día llegó al bosque una comadreja malvada llamada Mamba, quien al escuchar a Ardilla aria cantar sintió envidia y celos.

Mamba no soportaba que alguien más brillara con luz propia en el bosque y decidió idear un plan para deshacerse de la talentosa ardilla. Una noche oscura, Mamba se acercó sigilosamente al árbol donde dormía Ardilla aria y cortó una rama con su afilada garra.

La rama cayó sobre Ariana mientras ella dormía y la dejó atrapada bajo sus espinas. Al amanecer, los demás animales del bosque descubrieron lo ocurrido y corrieron a ayudar a Ardilla aria.

Con mucho esfuerzo lograron liberarla de las espinas y le curaron las heridas causadas por el ataque de Mamba. "¡Gracias por salvarme! No sé qué haría sin ustedes", dijo emocionada Ardila aria entre lágrimas. Los animales abrazaron a Ariana con cariño y le prometieron protegerla siempre de cualquier peligro que pudiera acecharla en el futuro.

Juntos decidieron enfrentarse a Mamba y expulsarla del bosque para que nunca más pudiera dañar a nadie.

Con valentía y trabajo en equipo, lograron vencer a la comadreja malvada e incluso convertirla en una aliada más del grupo, demostrándole que juntos podían lograr cosas maravillosas si se apoyaban mutuamente. Desde entonces, Ardila aria siguió deleitando al bosque con su bella voz pero esta vez rodeada del amor y protección de sus amigos animales.

Aprendieron que la verdadera fuerza radica en la unidad y solidaridad entre todos los seres vivos, creando así un hogar armonioso donde cada uno podía brillar con luz propia sin temor a ser opacado por otros.

Y colorín colorado este cuento ha terminado ¡Que tengan felices sueños llenos de armoniosa melodía!

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