La canción de la amistad



Había una vez una niña llamada Paola, a quien le encantaba la música. Pasaba horas y horas escuchando sus canciones favoritas en su habitación, pero siempre se sentía un poco sola.

Un día, decidió invitar a sus amigas Camila y Valentina a su casa para escuchar música juntas. Cuando las amigas llegaron, Paola les mostró su colección de discos y les preguntó qué canción querían escuchar primero.

Las tres comenzaron a bailar y cantar al ritmo de la música, riendo y divirtiéndose como nunca. De repente, sonó el teléfono de Paola. Era su abuelo que vivía en el campo y le dijo que tenía una sorpresa para ella.

Sin pensarlo dos veces, Paola invitó a sus amigas a ir con ella al campo para descubrir qué sorpresa les esperaba. Al llegar al campo, se encontraron con un hermoso paisaje lleno de flores silvestres y árboles frondosos.

El abuelo de Paola estaba esperándolas con una guitarra en la mano. "¡Hola chicas! Hoy vamos a aprender a tocar música juntos", dijo el abuelo emocionado. Las chicas se sentaron en círculo mientras el abuelo les enseñaba los acordes básicos en la guitarra.

Les explicó cómo cada nota representaba un sentimiento diferente y cómo podían expresarse mediante la música. Mientras practicaban los acordes, empezaron a componer una canción propia. Cada una tenía ideas diferentes sobre cómo debería sonar la melodía y las letras de la canción.

Trabajaron juntas, escuchando las ideas de cada una y encontrando un equilibrio perfecto. Después de horas de ensayo y risas, finalmente terminaron la canción. Se llamaba "La canción de la amistad".

La melodía era alegre y las letras hablaban sobre lo importante que era tener amigos con quienes compartir momentos felices. Paola, Camila y Valentina se dieron cuenta de que la música no solo era divertida para escuchar, sino también para crearla juntas.

Aprendieron que al trabajar en equipo podían lograr cosas maravillosas. Decidieron grabar su canción y compartirla con el mundo.

La subieron a internet y pronto comenzaron a recibir muchos mensajes de personas que se sentían identificadas con la letra y se alegraban al escucharla. Desde ese día, Paola, Camila y Valentina siguieron tocando música juntas. Organizaron conciertos en su barrio e incluso escribieron más canciones inspiradoras.

Siempre recordaban aquel día en el campo como el momento en el que descubrieron su verdadera pasión por la música. Y así es como Paola aprendió que cuando compartes tus pasiones con amigos, todo puede ser aún más especial.

FIN.

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