La canción de la amistad



Había una vez, en un hermoso bosque llamado Bosque Encantado, dos amigas muy especiales: Luna, la tortuga terrestre, y Gabriela, la ranita. Ambas compartían aventuras y risas todos los días. Sin embargo, un día algo extraño sucedió.

Luna y Gabriela estaban jugando cerca del lago cuando escucharon una melodiosa canción proveniente de lo más profundo del bosque. Fascinadas por el canto, se acercaron para descubrir quién era la talentosa cantante.

Al llegar al lugar indicado encontraron a Lucía, una hermosa ave con plumaje colorido que estaba posada en una rama. Su voz era tan dulce como el néctar de las flores y todas las criaturas del bosque se reunían para escucharla cantar.

Ambas amigas quedaron maravilladas con el talento de Lucía y rápidamente se olvidaron de su amistad y comenzaron a discutir sobre quién era la mejor cantante entre ellas dos.

"¡No puedes negar que mi canto es increíblemente melodioso! Soy la mejor cantante del bosque", dijo Luna con orgullo. Gabriela frunció el ceño y respondió: "-Eso no es cierto, Luna. Mi voz puede alcanzar notas altísimas y puedo hacer vibrar a todos con mis canciones".

La discusión fue subiendo de tono hasta que ambas decidieron realizar un concurso para demostrar quién tenía razón. Convocaron a todos los animales del bosque para ser jueces de esta competencia musical. El día llegó y el escenario estaba listo en medio del Bosque Encantado.

Luna y Gabriela estaban nerviosas pero determinadas a ganar el concurso. Luna fue la primera en cantar. Con su voz grave y lenta, entonó una canción que hablaba sobre la importancia de ser paciente y cuidadoso como una tortuga.

Todos los animales aplaudieron educadamente, impresionados por su tono profundo. Después llegó el turno de Gabriela. Saltando de hoja en hoja, entonó una melodía alegre y rápida que hablaba sobre la importancia de disfrutar cada momento y vivir con alegría.

Los animales no pudieron evitar moverse al ritmo de su música. Cuando terminaron sus presentaciones, los animales votaron por su favorita. Sin embargo, para sorpresa de Luna y Gabriela, empataron en cantidad de votos.

Ambas amigas se miraron decepcionadas al darse cuenta de que habían perdido algo más importante que el concurso: había olvidado lo valioso que era su amistad.

"Gabriela, me di cuenta de lo egoísta que fui al poner nuestra competencia antes que nuestra amistad", dijo Luna con tristeza en sus ojos. Gabriela asintió y respondió: "-Tienes razón, Luna. Nuestra amistad es mucho más importante que cualquier competencia".

Entonces decidieron unirse nuevamente como amigas inseparables y le pidieron disculpas a Lucía por haberlas olvidado mientras competían entre ellas dos. Lucía sonrió comprensiva y les dijo: "-No se preocupen chicas. Lo importante es recordar siempre lo especial que tienen cada una".

Desde ese día, Luna y Gabriela aprendieron que la verdadera amistad es más valiosa que cualquier competencia. Juntas, siguieron disfrutando de las aventuras en el Bosque Encantado y compartiendo su amor por la música con todos los animales.

Y así, la tortuga terrestre y la ranita entendieron que no importa quién sea la mejor cantante, lo importante era seguir siendo amigas y valorar las cualidades únicas de cada una. En el Bosque Encantado siempre se recordará esta historia como un hermoso ejemplo de amistad verdadera.

FIN.

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