La Canción de la Luz
Había una vez en un lejano pueblo llamado Melodilandia, donde la música fluía por las calles como el aire que se respiraba.
En este lugar mágico, cada sonido y melodía tenía vida propia, creando armonías que alegraban los corazones de todos sus habitantes. En el centro de Melodilandia vivían dos amigos muy especiales: Sol y Luna.
Sol era un pequeño pájaro cantor con plumas doradas que brillaban como el sol, y Luna era una luciérnaga con destellos plateados que iluminaban la noche. Juntos formaban un dúo musical inseparable, capaz de crear las melodías más hermosas que se hubieran escuchado jamás.
Un día, mientras paseaban por el bosque encantado de Melodilandia, Sol y Luna descubrieron una antigua partitura mágica escondida entre los árboles centenarios.
Al tocarla con sus voces y destellos, la partitura cobró vida y comenzó a brillar con intensidad, revelando un mensaje secreto:"- ¡Oh queridos amigos! -susurró la partitura- Soy la Canción Perdida, aquella que trae armonía y paz a todos los rincones del mundo. Pero he sido olvidada y necesito ser interpretada para cumplir mi propósito". Sol y Luna se miraron emocionados ante tal descubrimiento.
Sabían que debían llevar la Canción Perdida a través de Melodilandia para devolverle su poder sanador al universo entero.
Sin embargo, en su travesía se encontraron con el malvado Murmullo Oscuro, un ser sombrío que odiaba la música y buscaba apoderarse de la Canción Perdida para sumir al mundo en caos y discordia. Con valentía y determinación, Sol y Luna emprendieron su viaje enfrentando peligros y desafíos.
En cada paso del camino interpretaban fragmentos de la Canción Perdida, trayendo alegría a quienes los escuchaban e iluminando incluso los corazones más oscuros. Finalmente llegaron al Monte Silencio, donde Murmullo Oscuro les aguardaba dispuesto a robarles la partitura mágica.
Enfrentándose a él en una batalla musical épica, Sol y Luna entonaron juntos la Canción Perdida en toda su gloria. El poder sanador de la música llenó el aire con su magia resplandeciente, disipando las sombras del Murmullo Oscuro hasta desaparecer por completo.
La armonía regresó a Melodilandia gracias al coraje y amor de nuestros valientes amigos. Desde aquel día en adelante, Sol y Luna siguieron recorriendo juntos el mundo llevando consigo la magia de la música a cada rincón necesitado de esperanza y alegría.
Y así demostraron que cuando nos unimos en armonía podemos vencer cualquier adversidad e iluminar incluso las noches más oscuras con nuestra luz interior. Y colorín colorado, este cuento ha terminadopero recuerda siempre, que con música en mente, podrás encontrar tu caminoy hacer brillar tu destino. ¡Que viva Melodilandia!
FIN.