La canción del amor eterno


Había una vez una mujer llamada María que vivía en un pequeño pueblo. Un día, mientras caminaba por el bosque cercano a su casa, vio algo brillante entre los árboles.

Se acercó curiosa y descubrió que era un ángel radiante. El ángel le sonrió a María y le dijo: "Tú has sido elegida para dar vida a un niño especial. Será fuerte, valiente y lleno de amor". María estaba asombrada y emocionada al escuchar esto.

Agradeció al ángel por la bendición y regresó a su hogar con gran felicidad. A medida que pasaban los meses, el vientre de María crecía cada vez más grande. Esperaba impaciente la llegada de su hijo especial.

Sin embargo, cuando finalmente llegó el momento del nacimiento, algo inesperado ocurrió: el bebé salió sin llorar ni moverse. María se asustó mucho y llamó rápidamente a una partera del pueblo para pedir ayuda.

La partera examinó al bebé y dijo: "No puedo encontrar ningún problema físico en él, pero parece no tener vida". María se sintió devastada al escuchar estas palabras.

No podía entender cómo algo tan maravilloso como un angel había prometido un hijo especial, pero ahora parecía estar muerto. La noticia sobre el bebé de María se extendió rápidamente por todo el pueblo. Los vecinos vinieron a visitarla y ofrecerle consuelo en aquellos momentos difíciles.

Un día, mientras todos estaban reunidos en la casa de María para brindarle apoyo, alguien golpeó la puerta. María se levantó y abrió, encontrándose con el ángel que le había dado la noticia de su embarazo.

El ángel miró a María con tristeza en sus ojos y dijo: "Siento mucho lo que ha sucedido. Cometí un error al no cuidar adecuadamente de tu hijo". María estaba confundida pero también enfadada. Le preguntó al ángel por qué había prometido algo tan maravilloso si no podía cumplirlo.

El ángel explicó: "A veces, las cosas no salen como esperamos, incluso para los seres celestiales. Cometí un error y ahora tengo que hacer todo lo posible para enmendarlo".

El ángel extendió sus alas hacia el bebé inerte y comenzó a cantar una dulce melodía. Poco a poco, el bebé empezó a moverse y finalmente soltó un llanto fuerte y saludable. Todos en la habitación quedaron boquiabiertos ante este milagro.

El bebé había vuelto a la vida gracias al poder del canto del ángel. A partir de ese día, el niño creció rodeado de amor y cuidado. Aprendió desde muy pequeño sobre la importancia de valorar cada momento de la vida y nunca darse por vencido.

Con los años, aquel niño especial se convirtió en un joven valiente y compasivo. Siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás y recordaba cómo su vida fue salvada por el canto del ángel.

La historia del niño se difundió por todo el pueblo, inspirando a muchos otros para superar sus propias dificultades y creer en la magia de los milagros.

Y así, María y su hijo especial vivieron felices para siempre, recordando siempre el poder del amor y la importancia de nunca perder la esperanza.

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