La canción robada


En un pequeño pueblo llamado Villa Melodía vivían dos amigas inseparables desde que eran niñas: Kiki y Koko. Les encantaba cantar juntas en el parque, en la escuela o incluso mientras ayudaban a sus familias con las tareas diarias.

Su voz resonaba por todo el lugar y alegraba los corazones de quienes las escuchaban.

Un día, durante una tarde soleada, mientras Kiki y Koko ensayaban una nueva canción para participar en un concurso de talentos del pueblo, apareció de repente la malvada bruja Maléfica. Con su risa siniestra y su mirada fría, lanzó un hechizo sobre Kiki y le robó la voz. Koko se quedó atónita al ver lo que había ocurrido.

Sin embargo, en vez de dejarse vencer por la tristeza, decidió tomar acción y ayudar a su amiga a recuperar lo que le pertenecía. - ¡Kiki! ¿Estás bien? -exclamó Koko con preocupación. - No puedo hablar... -murmuró Kiki con lágrimas en los ojos.

- No te preocupes, vamos a encontrar una solución. ¡No permitiré que esa bruja nos gane! -afirmó decidida Koko. Así fue como comenzaron su aventura para derrotar a la bruja Maléfica y devolverle la voz a Kiki.

Se adentraron en el oscuro bosque donde se rumoreaba que habitaba la malvada bruja. En su camino se encontraron con diversos desafíos como puentes custodiados por trolls hambrientos, laberintos encantados y criaturas mágicas que intentaban detenerlas.

Sin embargo, gracias a su valentía, ingenio y trabajo en equipo lograron superar cada obstáculo que se les presentaba. Finalmente llegaron al castillo de la bruja Maléfica justo cuando estaba realizando un ritual para hacer permanente el hechizo sobre la voz de Kiki.

- ¡Detente Maléfica! -gritó Koko desafiante mientras enfrentaba a la bruja. - Nunca podrán recuperar lo que les he quitado. Mi poder es supremo -respondió Maléfica con arrogancia. Pero Koko no se rindió.

Con astucia logró distraer a la bruja mientras Kiki buscaba entre los objetos mágicos del castillo algo que pudiera revertir el hechizo. Fue entonces cuando encontró un antiguo espejo encantado capaz de devolverle su voz si conseguían reflejar juntas sus deseos más profundos.

Concentrando toda su energía positiva y amor por la música, Kiki y Koko lograron reflejar sus voces en el espejo mágico haciendo brillar intensamente toda la habitación.

La fuerza de su amistad y pasión por cantar era más poderosa que cualquier magia oscura. El hechizo se rompió al instante liberando la voz de kiki de vuelta a ella. La bruja Maléfica fue derrotada y desapareció entre humo negro dejando tras de sí solo mal recuerdo.

- ¡Lo logramos! -exclamaron emocionadas kiki y koko abrazándose fuertemente. Desde ese día, siguieron cantando juntas llevando alegría no solo al pueblo sino también más allá de las fronteras del bosque encantado.

Y así demostraron al mundo entero que cuando hay amor verdadero, amistad sincera e inquebrantable voluntad nada puede interponerse en el camino hacia nuestros sueños. La música volvió a llenar Villa Melodía con melodías felices gracias al dúo imparable formado por dos valientes niñas: kiki & koko.

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