La canción salvadora de Rosmery
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Melodía, una niña llamada Rosmery.
Desde que era muy pequeña, Rosmery tenía un talento especial: su voz era tan hermosa que podía hacer cantar a los pájaros y alegrar el corazón de todos los habitantes del pueblo. Un día, la malvada bruja Griselda llegó al pueblo y lanzó un hechizo para robar toda la música y alegría de Villa Melodía.
La gente se entristeció al darse cuenta de que ya no podían escuchar la melodiosa voz de Rosmery. Rosmery decidió hacer algo al respecto.
Con valentía, se acercó a la bruja Griselda y le dijo con determinación:-¡Devuélvenos nuestra música! ¡No permitiré que sigas robando la alegría de mi pueblo! La bruja Griselda se rió con malicia y le dijo a Rosmery:-¡Tú no puedes detenerme! Mi poder es más grande que tu voz. Pero Rosmery no se dio por vencida.
Recordando las palabras de su abuela sobre el poder de la música, decidió cantar con todo su corazón. Su voz resonó por todo el pueblo, rompiendo el hechizo de la bruja Griselda. Los habitantes de Villa Melodía salieron a las calles para escuchar a Rosmery cantar.
Sus voces se unieron en armonía, creando una canción tan poderosa que hizo temblar los cimientos del malvado castillo de la bruja Griselda.
Impresionada por el coraje y determinación de Rosmery, la bruja Griselda finalmente comprendió el verdadero valor de la música y cómo puede traer felicidad a todos los corazones. Arrepentida, devolvió toda la alegría que había robado y prometió nunca más volver a usar sus malas artes.
Desde ese día en adelante, Villa Melodía volvió a ser un lugar lleno de risas, canciones y amor gracias al increíble talento y valentía de Rosmery.
Y cada vez que alguien necesitaba recordar lo importante que es compartir nuestra voz con el mundo, solo tenían que escucharla cantar para encontrar inspiración en su hermosa melodía.
FIN.