La Capa Encantada de Caperucita



Había una vez, en una granja llena de colores y alegría, vivía Caperucita de los colores.

Era una niña muy especial, con una capa que cambiaba de color según su estado de ánimo y siempre llevaba consigo un arcoíris que iluminaba su camino. Un día, la mamá de Caperucita le pidió que llevara una cesta llena de frutas deliciosas a su abuelita, que vivía al otro lado del bosque. "-Ten mucho cuidado en el camino, querida.

No hables con extraños y sigue siempre el arcoíris hasta llegar a casa de la abuelita", le advirtió su mamá. Caperucita se despidió con un beso y comenzó su viaje por el bosque.

Mientras caminaba canturreando alegremente, vio a lo lejos al Sr. Zorro, quien le dijo amablemente: "-Hola, Caperucita. ¿A dónde vas tan contenta?" "-Voy a visitar a mi abuelita con estas frutas deliciosas", respondió ella. El Sr. Zorro sonrió y le deseó buen viaje.

Pero lo que Caperucita no sabía era que el astuto zorro tenía malas intenciones y planeaba robarle la cesta de frutas. Mientras tanto, en el camino apareció la Sra. Ardilla, quien saltaba de rama en rama.

"-¡Hola, Caperucita! ¿Puedo acompañarte en tu viaje?" preguntó la ardilla con simpatía. Caperucita aceptó encantada y juntas continuaron su camino. De repente, escucharon un ruido entre los arbustos y para sorpresa de Caperucita y la Sra.

Ardilla apareció el Sr. Zorro tratando quitarle la cesta a nuestra protagonista. "-¡Alto ahí! ¡Esa cesta es para mi abuelita!" exclamó valientemente Caperucita.

La ardilla rápidamente corrió hacia él y comenzaron a perseguirse entre risas mientras nuestro personaje principal seguia su rumbo hacia casa de su abuelaFinalmente llegaron a la casita de la abuelita donde compartieron las frutas deliciosas entre risas y cuentos divertidos.

"-Gracias por traerme estas frutas tan sabrosas querida nieta" dijo emocionada la abuelitCaperucia se sintio feliz por haber complacido a su querida abuelaY así fue como Caperucita aprendió que no todos los que parecen amigos lo son realmente; pero también descubrió lo importante que es ser valiente y confiar en uno mismo para superar cualquier obstáculo.

Desde ese día en adelante, cada vez que veía un arcoíris recordaba esta aventura y sabía que siempre debía seguirlo para encontrar el camino correcto hacia sus sueños.

Moraleja: Enfrenta tus miedos con valentía y confianza en ti mismo; no todo lo bonito es seguro pero si mantienes tu corazón puro podrás superar cualquier dificultad.

FIN.

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