La capa mágica de Tomás



Sandra, la fisioterapeuta valienteHabía una vez en el pequeño pueblo de Adempa, una joven llamada Sandra. Era una fisioterapeuta alta y rubia, apasionada por su trabajo.

Todos los días se dedicaba a ayudar a los niños del pueblo con sus terapias, siempre con una sonrisa en su rostro. Sandra era conocida por su amor hacia los más pequeños y siempre buscaba la manera de hacerles reír durante las sesiones.

Jugaba con ellos, les contaba historias y les enseñaba ejercicios divertidos para que se divirtieran mientras fortalecían sus cuerpos. Un día soleado, mientras trabajaba con un niño llamado Tomás, algo increíble ocurrió.

Mientras levantaba sus brazos para realizar unos ejercicios de estiramiento, Tomás no pudo evitar notar algo debajo del uniforme azul bebé de Sandra: ¡era una capa de un intenso color morado! Tomás quedó asombrado y emocionado al ver aquella capa mágica.

Sin poder contenerse, le preguntó a Sandra sobre ella:- ¡Sandra! ¿Qué es esa capa morada que tienes debajo del uniforme? Sandra sonrió y respondió:- Esta es mi capa del valor. Me ayuda a ser fuerte y valiente para enfrentar cualquier desafío que tenga por delante.

Tomás estaba fascinado por la respuesta de Sandra y decidió pedirle un favor muy especial:- Sandra, me gustaría tener una capa como la tuya. Quiero ser valiente también. Sandra pensó por un momento y luego dijo:- Claro que sí, Tomás.

Pero recuerda que el verdadero valor está dentro de ti. La capa solo es un símbolo de tu valentía. Tomás asintió emocionado y Sandra decidió hacerle una sorpresa.

Al día siguiente, llevó consigo una tela morada y juntos diseñaron la capa más maravillosa que Tomás había visto jamás. A partir de ese momento, Tomás se convirtió en el niño más valiente del pueblo.

Usaba su capa todos los días durante las terapias con Sandra y cada vez que enfrentaba algún desafío en su vida diaria. La capa lo hacía sentir poderoso y lleno de confianza. Pero un día, mientras jugaban en el parque, Tomás vio a un niño triste sentado solo en un banco.

Se acercó a él y le preguntó qué le pasaba:- Hola, ¿estás bien? Me llamo Tomás, ¿y tú? El niño respondió con voz temblorosa:- Soy Lucas. Estoy triste porque no tengo amigos aquí.

Tomás recordó lo importante que era ser valiente y decidido a ayudar a otros. Le contó sobre su capa mágica del valor y cómo podían jugar juntos para divertirse mucho. Lucas sonrió tímidamente e invitó a Tomás a jugar al fútbol con otros niños del parque.

Los dos chicos corrieron por el campo como si fueran superhéroes con sus capas moradas volando al viento. Desde aquel día, Lucas encontró amigos verdaderos gracias a la valentía de Tomás, quien siempre llevaba consigo su querida capa morada.

La historia de Sandra, Tomás y Lucas se volvió famosa en Adempa. Los niños comenzaron a entender que el verdadero valor no estaba en una capa mágica, sino en la valentía de ayudar a los demás y enfrentar los desafíos con una sonrisa.

Y así, gracias a Sandra y su capa del valor, todos aprendieron la importancia de ser valientes y amables con los demás. Juntos construyeron un pueblo lleno de solidaridad y amistad.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!