La caperucita roja valiente


Había una vez en un pequeño pueblo de la Argentina, una niña llamada Sofía, conocida cariñosamente como la caperucita roja por su precioso abrigo rojo.

Un día, la abuela de Sofía cayó enferma, y la niña decidió llevarle una cesta llena de deliciosas empanadas caseras y frutas frescas. "Sofía, ten mucho cuidado en el bosque, nunca te detengas en el camino y no hables con extraños", le advirtió su mamá.

"No te preocupes mamá, seré valiente como una leona", respondió la caperucita roja mientras se despedía y partía hacia la casa de su abuela. En el camino, Sofía encontró a un simpático zorro llamado Renato. "¿A dónde vas con tanta prisa, caperucita roja?", preguntó el zorro.

"Voy a llevarle comida a mi abuela, que está enferma", respondió Sofía. El zorro, con malas intenciones, le indicó un camino más largo para llegar a la casa de su abuela.

Pero la caperucita, recordando las enseñanzas de su mamá, decidió seguir por el camino corto. Mientras tanto, el lobo hambriento acechaba desde detrás de un árbol, planeando su próximo movimiento.

Al llegar a la casa de su abuela, la valiente caperucita roja descubrió que un lobo malvado había entrado disfrazado y se había comido a la abuela. Sin asustarse, Sofía ideó un plan y le pidió al lobo que se escondiera en el armario.

Cuando el lobo, confiado, se escondió, la caperucita roja cerró con llave el armario y corrió a buscar ayuda. Con la valentía y astucia, logró salvar a su abuela y al zorro, quien decidió dejar de lado sus malas intenciones y ser amigo de la caperucita.

Desde ese día, la caperucita roja continuó siendo valiente y demostrando que con ingenio y coraje, se puede enfrentar cualquier desafío que se presente en el bosque o en la vida misma.

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