La Capibara Traviesa y su Gran Aventura
Había una vez, en la orilla de un hermoso río en la selva, una capibara llamada Capi. Capi era conocida por ser la más traviesa de todas las capibaras. Le encantaba explorar y, a menudo, se metía en problemas.
Un día, mientras jugaba cerca del agua, Capi vio una brillante mariposa amarilla volando.
"¡Mirá cuán hermosa es!", exclamó Capi emocionada.
Decidió seguirla, saltando de roca en roca sin prestar atención a su alrededor. Pero la mariposa volaba alto y no tardó en alejarse. Capi se aventuró más lejos de su casa, sin darse cuenta de que se estaba adentrando en la parte más densa de la selva.
Mientras seguía persiguiendo a la mariposa, Capi escuchó un sonido extraño.
"¿Qué será eso?", se preguntó. Con curiosidad, se acercó a un arbusto espeso y, para su sorpresa, encontró a un pequeño pájaro atrapado.
"¡Socorro! ¡No puedo salir!",
lloraba el pájaro.
"No te preocupes, yo te ayudaré", dijo Capi valientemente.
Capi empezó a mover ramas y se esforzó para liberar al pájaro. Finalmente, con un último empujón, las ramas cedieron y el pájaro pudo salir volando.
"¡Gracias, capibara! Eres muy valiente", dijo el pájaro.
"Soy Capi, y siempre estoy lista para ayudar", respondió con una sonrisa.
Sin embargo, en ese momento, Capi se dio cuenta de que había perdido el rumbo.
"¿Cómo vuelvo a casa?", se angustió.
Justo entonces, el pájaro dijo:
"¿Por qué no pides ayuda a tus amigos? Estoy seguro de que ellos te encontrarán rápido".
Capi decidió que eso era una gran idea. Se acordó de sus amigos: la tortuga Tula, el mono Momo y el loro Lora.
"¡Ayúdenme!", gritó, intentando llamar su atención.
Tula, Momo y Lora escucharon los gritos de Capi y comenzaron a buscarla. Momo trepó a los árboles para tener una mejor vista.
"¡Ahí está Capi!", gritó emocionado.
Corrieron hacia ella, y una vez que juntos estaban de nuevo, Capi sonrió feliz.
"¡Gracias, amigos! Estaba tan ocupada persiguiendo a una mariposa que me perdí", explicó Capi avergonzada.
Tula, aunque un poco lenta, le dijo:
"Siempre es bueno explorar, pero recuerda que nunca debemos alejarnos demasiado de casa sin avisar a los demás".
Lora agregó:
"Y lo más importante, ¡hay que cuidar de los que nos rodean!".
Capi prometió hacer más caso de sus consejos. Regresaron juntos a la orilla del río, donde la mariposa amarilla seguía volando. Pero esta vez, Capi no la perseguiría sola; se quedó jugando con sus amigos, disfrutando de la belleza que les ofrecía la selva.
Ese día, Capi aprendió una valiosa lección sobre la amistad, la colaboración y la importancia de cuidar de los demás antes de embarcarse en nuevas aventuras. Desde entonces, aunque nunca dejó de ser traviesa, siempre recordaba escuchar los consejos de sus amigos y mantenerse cerca de ellos.
Y así, Capi y sus amigos vivieron muchas más aventuras, cada una más emocionante que la anterior, pero siempre juntos.
FIN.