La cápsula del tiempo de los preescolares
En un pequeño jardín de infantes de Buenos Aires, un grupo de niños se estaba preparando para un cambio importante: el paso a la primaria. Su maestra, la Srta. Clara, quería que ese momento fuera especial, así que les propuso una idea increíble.
"¡Chicos! ¿Qué les parece si hacemos una cápsula del tiempo?" - dijo la Srta. Clara con entusiasmo.
Los ojos de los niños se iluminaron, llenos de curiosidad.
"¿Qué es una cápsula del tiempo?" - preguntó Lía, con su cabello rizado brillando bajo el sol.
"Es un lugar donde guardamos cosas que nos representan en este momento y que se abrirán en el futuro, para que recordemos quiénes éramos" - explicó la maestra.
Los niños comenzaron a murmurar entre ellos emocionados.
"¡Podemos poner dibujos!" - sugirió Tomás, moviendo sus manitos.
"Y mis muñecos de acción, porque son mi favorito" - añadió Valentina, haciendo un gesto con sus brazos.
"Yo quiero poner una carta con mis sueños" - dijo Samuel, con voz tímida pero decidida.
Así fue como la clase se dividió en cuatro grupos para preparar diferentes elementos para la cápsula. Lía y su grupo decidieron hacer un collage con fotos y dibujos de sus momentos favoritos en el jardín de infantes.
"Miren, esto fue cuando hicimos la fiesta de disfraces, yo fui de superhéroe. ¡Estaba buenísimo!" - dijo Lía, eligiendo una foto.
Al mismo tiempo, Tomás estaba emocionado haciendo una lista de juegos favoritos.
"El escondite es el mejor, hay que incluirlo sí o sí" - se rió, mientras todos asentían.
Valentina y su grupo escribieron cartas a sus futuros yo.
"Querido yo del futuro, espero que seas feliz y sigas jugando" - escribió Valentina, pensando en lo que le depararía la escuela primaria.
Mientras tanto, Samuel tenía una pequeña caja donde guardaría su carta.
"Voy a escribir que quiero ser un astronauta, ¿qué tal?" - dijo con entusiasmo, ya imaginándose viajando por el espacio.
Después de una semana de trabajo en equipo, llegó el esperado día de la ceremonia. Todos estaban nerviosos y emocionados. La Srta. Clara había preparado un altar especial en el patio, cubierto de flores y con una nube de colores dibujada en un cartón grande.
"Ahora, vamos a compartir lo que hemos preparado para nuestra cápsula del tiempo" - anunció la maestra.
Cada grupo presentó sus contribuciones. Lía mostró el collage, lleno de risas y recuerdos. Tomás leyó su lista de juegos en voz alta, provocando risas y aplausos. Valentina compartió su carta llena de sueños, que despertó la emoción en el aire. Finalmente, Samuel pasó su carta de astronauta, causando que todos miraran al cielo sonriendo.
"Esto es increíble, chicos. ¡Ustedes son un equipo!" - aplaudió la Srta. Clara emocionada.
Luego, juntos, colocaron todos los objetos en una caja grande que decoraron con sus nombres y pintaron con colores vibrantes.
Pero justo cuando estaban a punto de enterrarla en el patio, ocurrió algo inesperado. A un lado del jardín, un grupo de vecinos curiosos se acercó. Eran niños de una comunidad cercana, que habían escuchado la emoción desde la calle.
"¿De qué se trata toda esta alegría?" - preguntó una niña con trenzas.
La Srta. Clara, sin pensarlo dos veces, los invitó a unirse a ellos.
"¡Vengan, están invitados a ser parte de nuestra cápsula del tiempo!" - les dijo con una sonrisa.
Los niños se miraron emocionados y comenzaron a compartir sus historias y sueños también.
"¿Podemos traer algo para incluir?" - preguntó un niño.
Después de una charla rápida, decidieron que todos podían contribuir. Ahora la cápsula del tiempo sería el recuerdo no solo de su clase, sino de un nuevo grupo diverso y feliz.
Finalmente, tras enterrar la cápsula, todos los niños se abrazaron y aplaudieron.
"¡No podemos esperar para abrirla!" - gritó Tomás, mientras la Srta. Clara sonreía, sabiendo que había creado un recuerdo inolvidable.
Los niños, nuevos y antiguos, se despidieron en ese día especial. El año escolar terminó, pero la cápsula del tiempo quedaría como símbolo de su amistad y aventuras compartidas.
Así es como los pequeños aprendieron la importancia de la colaboración, la amistad y los recuerdos. Y que, a veces, lo mejor de un proyecto es la conexión que creas con los demás.
FIN.