La Capuchita Negra y el Jardín Mágico
En un hermoso pueblo rodeado de verdes colinas, vivía una niña llamada Ana, cariñosamente conocida como La Capuchita Negra por usar un capuchón del mismo color. Un día, La Capuchita Negra iba camino a visitar a su abuela, quien vivía al otro lado del jardín mágico. Mientras caminaba, escuchó un ruido proveniente del jardín y decidió hacer una parada para investigar. Para su sorpresa, vio al lobo feroz rasguñando la puerta de su querida abuelita.
-¡Detente lobo malvado! -gritó valientemente La Capuchita Negra. -¿Qué pretendes hacer con mi abuelita?
El lobo, asustado por la repentina aparición de La Capuchita Negra, salió corriendo y se escondió en el jardín mágico. Sin dudarlo un segundo, La Capuchita Negra entró al jardín en busca del lobo y su abuelita. Mientras recorría el jardín, se encontró con seres mágicos y animales encantados que le ofrecieron su ayuda. Juntos, siguieron la pista del lobo hasta que finalmente lo encontraron escondido bajo un árbol.
- ¡Lobo feroz, no permitiré que lastimes a mi abuela! -dijo decidida La Capuchita Negra.
El lobo, sorprendido por la valentía y bondad de La Capuchita Negra, se disculpó por su comportamiento y prometió cambiar. La Capuchita Negra decidió darle una oportunidad y le pidió que la acompañara a visitar a su abuela. Al llegar, la abuelita les preparó un delicioso picnic en el jardín mágico. Entre risas y juegos, el lobo demostró que podía ser amigable y cariñoso. Desde ese día, La Capuchita Negra y el lobo se convirtieron en grandes amigos, y juntos protegieron el jardín mágico y a todos sus habitantes.
La valentía y la bondad de La Capuchita Negra enseñaron al lobo a cambiar su actitud negativa, y juntos demostraron que la amistad y la comprensión pueden transformar a los más temibles en seres bondadosos.
FIN.