La carrera de Benja


Había una vez un niño llamado Benja, quien vivía en Puerto Varas, un pueblo rodeado de naturaleza y hermosos paisajes. A Benja le encantaba explorar la naturaleza y descubrir nuevas especies de plantas y animales.

Un día, mientras caminaba por el bosque, se encontró con un auto abandonado. El auto estaba oxidado y tenía varias piezas rotas. A pesar de que parecía inservible, Benja sabía que podía arreglarlo con su caja de herramientas.

Benja pasó varios días trabajando en el auto. Al principio fue difícil, pero poco a poco fue reparando las piezas rotas y limpiando el óxido. Finalmente, después de mucho esfuerzo, logró hacer que el motor volviera a funcionar.

Mientras trabajaba en el auto, Benja conoció a un grupo de amigos que también les gustaban los autos. Compartieron historias y consejos sobre cómo arreglarlos. Benja aprendió mucho más sobre mecánica gracias a ellos.

Un día, uno de sus amigos le contó acerca de una carrera local para niños que tendría lugar pronto. La carrera sería una oportunidad para mostrar las habilidades mecánicas y conducir su propio auto hecho por él mismo.

Benja decidió participar en la carrera junto con sus amigos. Trabajaron juntos para construir sus propios autos desde cero utilizando materiales reciclados como latas viejas e incluso una bicicleta rota.

El día de la carrera llegó rápidamente y los niños estaban emocionados por competir entre sí en sus nuevos autos hechos a mano. La carrera comenzó con un gran rugido de motores y los autos se lanzaron a la pista. Benja estaba muy emocionado mientras manejaba su auto.

A medida que avanzaba, notó que el motor comenzó a fallar y se detuvo por completo. Mientras todos sus amigos seguían adelante, Benja se quedó atrás, desconsolado. De repente, recordó todo lo que había aprendido sobre mecánica y decidió revisar su auto para encontrar el problema.

Descubrió una pieza rota en el motor y rápidamente la reemplazó con otra de repuesto. Finalmente, pudo reiniciar el motor de su auto y alcanzar a sus amigos en la carrera.

Condujeron juntos hasta la línea de meta y celebraron juntos su logro. Desde ese día, Benja se dio cuenta de que nunca debería darse por vencido ante las dificultades. Siempre habría soluciones creativas para cualquier problema si uno trabajaba arduamente en ello.

Además, también aprendió la importancia del trabajo en equipo y cómo puede ayudarnos a lograr cosas increíbles juntos.

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