La carrera de colores en la playa


Había una vez en una playa de arena blanca y aguas cristalinas, un grupo de amigos muy divertidos que estaban aburridos de solo tomar sol y bañarse en el mar. Decidieron organizar una emocionante carrera de colores en la playa. Para eso, consiguieron pintura de diferentes colores y marcaron un recorrido en la arena.

- ¡Chicos, es hora de la carrera de colores! -gritó Juan, el líder del grupo. - Vamos a dividirnos en equipos y cada uno debe recoger pintura de su color.

Los amigos se dividieron en equipos y cada uno tomó un color distinto. La emoción era palpable en el aire. La carrera comenzó y los participantes corrían por la playa arrojándose pintura de colores brillantes. El sol brillaba en lo alto y el mar reflejaba destellos de luz.

- ¡Vamos, vamos, no aflojen! -gritaba Juan alentando a su equipo. - Tenemos que llegar primero a la meta.

Pero de repente, una ráfaga de viento fuerte sopló desde el mar y dispersó la pintura por toda la playa. Los amigos se detuvieron sorprendidos al ver que la arena se había teñido de colores en todas direcciones.

- ¡Qué desastre! -exclamó Carla, preocupada. - Ahora nadie sabrá quién llegó primero a la meta.

Juan reflexionó por un momento y luego sonrió. - No importa quién ganó. Lo importante es que nos divertimos juntos y creamos algo hermoso.

Los amigos se miraron y asintieron. Comenzaron a jugar con la pintura esparcida, dibujando figuras coloridas en la arena y riendo a carcajadas. La playa se convirtió en un lienzo gigante lleno de alegría y creatividad.

Desde ese día, la carrera de colores se convirtió en una tradición en la playa. Cada año, más amigos se unían a la divertida competencia, pero al final, lo único que realmente importaba era disfrutar del día juntos y llenar la playa de colores y risas.

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