La carrera de Dino


En lo profundo de la selva vivía un dinosaurio muy especial llamado Dino, quien había nacido con una sola pata.

A pesar de ser amable y cariñoso, los demás animalitos de la selva se burlaban de él y lo discriminaban por ser diferente. Un día, mientras Dino caminaba cojeando por el bosque, escuchó risitas a sus espaldas. Eran el mono Marcelo y la cebra Carlota, quienes se reían de su forma de andar.

Dino sintió tristeza en su corazón, pero decidió no dejarse vencer por las palabras hirientes de los demás.

Decidido a demostrar su valía, Dino se acercó al grupo de animales más populares de la selva: el león Leopoldo, la jirafa Josefina y el elefante Ernesto. Al principio, todos lo miraron con desdén, pero Dino les habló con amabilidad y les mostró todo lo que podía hacer a pesar de tener una sola pata.

Leopoldo quedó impresionado por la determinación y bondad de Dino, así que propuso organizar una carrera para demostrar que todos los animales son importantes sin importar sus diferencias. Todos aceptaron emocionados. El día de la carrera llegó y todos los animales se reunieron para presenciarla.

El recorrido era largo y difícil, con obstáculos que pondrían a prueba las habilidades de cada participante. Cuando comenzó la competencia, Dino demostró una fuerza y perseverancia increíbles. -¡Vamos Dino! ¡Tú puedes lograrlo! -le gritaba Josefina desde la línea final.

A pesar del esfuerzo de los otros animales por ganar, fue Dino quien cruzó primero la meta gracias a su ingenio y valentía. Los demás animales aplaudieron sorprendidos por su hazaña.

Desde ese día, Dino se convirtió en un ejemplo para todos en la selva. Los animalitos aprendieron a valorar las diferencias como algo único e importante en cada uno. Marcelo y Carlota pidieron disculpas a Dino por haberse burlado antes y desde entonces se convirtieron en grandes amigos.

Dino enseñó a todos que no importa cómo seas físicamente o cuáles sean tus limitaciones; lo importante es creer en ti mismo, ser amable con los demás y nunca rendirse ante las adversidades.

Y así, el dinosaurio sin un pie se convirtió en el héroe más querido de toda la selva.

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