La Carrera de la Amistad
que vivían en un hermoso bosque llamado Bosque Encantado. Cada uno de ellos tenía habilidades y características únicas que los hacían especiales.
La jirafa se llamaba Gertrudis y era conocida por su largo cuello, que le permitía alcanzar las hojas más altas de los árboles. La serpiente, llamada Simón, era experta en esconderse y deslizarse sin ser vista. El camaleón, llamado Camilo, podía cambiar de color para confundirse con su entorno.
El pez, llamado Nemo, nadaba velozmente por el río y siempre estaba lleno de energía. El caballo, llamado Valentín, era fuerte y rápido como el viento. El pato, llamado Quackers, nadaba graciosamente en el estanque con sus amigos.
El cocodrilo se llamaba Ernesto y aunque parecía feroz a simple vista, en realidad era muy amigable y protector con sus compañeros del bosque. El pingüino se llamaba Pingo y siempre estaba buscando aventuras bajo el hielo.
Por último, pero no menos importante, estaba el elefante llamado Tronco. Era gigantesco y tenía una memoria prodigiosa.
Un día soleado mientras todos disfrutaban de la tranquilidad del bosque encantado,-la jirafa Gertrudis tuvo una brillante idea: "¿Qué tal si organizamos una carrera para ver quién es el animal más rápido del bosque?"Todos los animales aceptaron emocionados la propuesta e inmediatamente comenzaron a prepararse para la gran competencia que tendría lugar al día siguiente.
Al llegar el día de la carrera, todos los animales se reunieron en la línea de partida. El elefante Tronco hizo sonar su trompa para dar inicio a la competencia. El caballo Valentín salió disparado como una flecha, seguido por el pez Nemo que nadaba velozmente en el río.
La jirafa Gertrudis estiró su cuello al máximo y avanzaba con elegancia entre los árboles. El camaleón Camilo cambiaba de color rápidamente para confundir a sus oponentes, mientras que el pingüino Pingo deslizaba sobre el hielo con destreza.
Sin embargo, cuando parecía que Valentín sería el ganador indiscutible, un giro inesperado ocurrió: Simón, la serpiente, encontró un atajo y se deslizó rápidamente hasta llegar a la meta antes que todos los demás. Todos quedaron sorprendidos y emocionados por esta victoria tan inesperada.
Pero entonces Simón habló: "No importa quién haya llegado primero. Lo importante es participar y disfrutar del camino".
Los demás animales asintieron y comprendieron que no se trataba solo de ganar una carrera, sino de valorar las habilidades únicas de cada uno y aprender a trabajar en equipo. Desde aquel día, los animales del Bosque Encantado organizaron diferentes actividades donde cada uno podía mostrar sus talentos especiales.
Aprendieron a apreciar las diferencias entre ellos y a ayudarse mutuamente para lograr cosas maravillosas juntos.
Y así vivieron felices en el Bosque Encantado, siempre recordando que lo más importante no era ser el más rápido o el más fuerte, sino valorar y respetar a cada uno por lo que eran.
FIN.