La carrera de la amistad en Villa Bici
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Bici, un grupo de amigos muy unidos: Sofía, Martín, Laura y Juan.
Todos los días después de la escuela se reunían para andar en bicicleta por los hermosos senderos que rodeaban su barrio. Un día, mientras pedaleaban alegremente, se encontraron con un cartel que anunciaba una competencia de ciclismo en la ciudad vecina. Estaban emocionados con la idea de participar y representar a su querido pueblo.
Sin embargo, al acercarse a leer las bases del concurso, descubrieron que debían formar equipos de dos personas. - ¡Qué vamos a hacer ahora! -exclamó Martín preocupado. - No hay problema, podemos dividirnos en parejas -dijo Sofía con una sonrisa-.
Laura y yo formaremos un equipo, y ustedes dos serán el otro. Así fue como se organizaron y comenzaron a entrenar juntos todas las tardes. A pesar de algunas caídas y tropezones al principio, cada día mejoraban más y más.
Se apoyaban mutuamente y celebraban cada avance con alegría. Una semana antes de la competencia, ocurrió algo inesperado: Juan se enfermó repentinamente y no podría participar en la carrera.
Los demás amigos estaban tristes por no poder contar con él, pero sabían que tenían que seguir adelante. - No importa si somos tres en vez de cuatro -dijo Martín-, lo importante es dar lo mejor de nosotros mismos.
Con determinación y espíritu deportivo, continuaron entrenando duro hasta el día del evento. La competencia era reñida, pero los amigos demostraron todo su esfuerzo y dedicación sobre las bicicletas.
A pesar de estar en desventaja numérica, lograron destacarse entre los demás equipos gracias a su trabajo en equipo impecable. Finalmente, cruzaron juntos la línea de meta tomados de la mano mientras eran ovacionados por el público presente.
Aunque no ganaron el primer lugar, recibieron el premio a la "Mejor Actitud Deportiva", reconocimiento que les llenó el corazón de orgullo y felicidad. Al regresar a Villa Bici, fueron recibidos como héroes locales.
Su historia inspiradora se difundió rápidamente por todo el pueblo e incentivó a otros niños a practicar deporte en equipo y siempre dar lo mejor de sí mismos sin importar las circunstancias.
Desde ese día en adelante, Sofía, Martín y Laura siguieron saliendo todas las tardes a andar en bici juntos recordando que lo importante no es ganar siempre sino disfrutar del camino junto a buenos amigos. Y así vivieron muchas más aventuras sobre ruedas en su amado pueblo donde la amistad era tan fuerte como sus bicicletas rodantes.
FIN.