La carrera de la granja



Había una vez en la granja de Zenón, un lugar lleno de alegría y diversión. Todos los animales vivían en armonía y se ayudaban mutuamente. Un día, Zenón tuvo una idea brillante.

Decidió organizar un concurso para ver quién era el animal más rápido de la granja. Todos los animales estaban emocionados por participar y mostrar sus habilidades. El concurso consistía en una carrera alrededor del granero.

Había que dar tres vueltas completas y el primero en cruzar la línea de meta sería el ganador. Los animales se prepararon para la carrera.

Estaba Bartolito, el gallo valiente; Lora, la vaca amigable; Pepe, el cerdito juguetón; Tito, el perro leal; Pin Pon, el conejito veloz; Manuelita, la tortuga perseverante; y muchos otros amigos más. Todos estaban ansiosos por comenzar. Zenón dio la señal de inicio y todos los animales salieron disparados hacia la línea de salida.

Bartolito volaba sobre las cabezas de los demás animales con su plumaje dorado reluciendo al sol. Pero pronto fue alcanzado por Pin Pon, quien saltaba ágilmente entre las patas de todos.

Lora demostró que no solo era amigable sino también rápida cuando dejó atrás a varios competidores con sus grandes zancadas. Sin embargo, Tito no se rindió y corrió aún más rápido para recuperar terreno. Pepe corría tan rápido como podía pero su pancita redonda le dificultaba avanzar rápidamente.

A pesar de eso, nunca dejó de sonreír y animar a los demás. Mientras tanto, Manuelita avanzaba lentamente pero con determinación. Aunque muchos se burlaban de su velocidad, ella no se desanimaba y seguía adelante. La carrera estaba reñida.

Los animales iban cambiando de posición constantemente, cada uno dando lo mejor de sí mismo para llegar primero a la meta. En la última vuelta, Bartolito tomó la delantera nuevamente con sus poderosas alas extendidas. Parecía que nadie podría alcanzarlo.

Pero en ese momento, un fuerte viento comenzó a soplar y dificultó el vuelo de Bartolito. Pin Pon aprovechó esta oportunidad y saltó por encima del gallo para tomar la delantera.

Pin Pon cruzó la línea de meta en primer lugar y todos los animales lo felicitaron por su increíble velocidad. Pero también aplaudieron al resto de los competidores por su esfuerzo y valentía. Zenón les recordó que el objetivo principal del concurso era divertirse y aprender la importancia del trabajo en equipo.

Todos estuvieron de acuerdo y celebraron juntos el éxito de la carrera. Desde aquel día, los animales valoraron aún más las habilidades únicas que cada uno tenía.

Aprendieron que no importa cuán rápido o lento sean, lo importante es dar lo mejor de sí mismos y apoyarse mutuamente en todo momento. Y así, la granja de Zenón continuó siendo un lugar lleno de alegría donde todos vivían en armonía y amistad.

FIN.

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