La carrera de la inclusión


En la escuela Mundo de Colores, llegó un niño en silla de ruedas, todos querían ayudarloa que disfrutara en el recreo. "Amigos, ¿qué podemos hacerpara que él se divierta también?"-preguntó la maestra con ternura, buscando una solución eficaz.

Los niños pensaron y pensaron, hasta que tuvieron una idea genial: organizaron una carrera de obstáculosdonde todos pudieran participar. "¡Vamos, amigo en silla de ruedas! ,te empujaremos por todo el lugar"-gritaron los chicos emocionados, dispuestos a colaborar sin parar.

Con alegría y entusiasmo desbordante, el niño en silla de ruedas sonrió. Se sentía incluido y aceptado, en este mundo lleno de amistad y amor. Pero la diversión no terminaba ahí,los compañeros continuaban creando. Inventaron juegos adaptados para él, donde su discapacidad no era un obstáculo.

Jugaron al pilla-pilla con globos enormes, donde todos podían correr o rodar. El niño en silla de ruedas participabay nadie lo dejaba atrás sin disfrutar. También organizaron un juego sensorial, con cajas sorpresa para tocar y adivinar.

El pequeño exploraba con sus manosy reía contento sin parar. Cada día era una aventura nueva, llena de risas, aprendizaje y solidaridad. Los niños descubrieron que juntos pueden másy que las diferencias no importan de verdad.

El niño en silla de ruedas se sintió feliz, pues encontró amigos que lo aceptaron tal cual. La escuela Mundo de Colores era un lugar especial, donde la inclusión y el amor siempre triunfarán. Así termina esta historia inspiradora, que nos enseña a valorar y respetar.

Todos somos diferentes, únicos y especiales, y juntos podemos crear un mundo mejor sin parar.

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