La Carrera de la Selva



Había una vez en la selva un león llamado Leo, un búho sabio llamado Sabio, una tortuga tranquila llamada Rita, una liebre veloz llamada Lila y un tigre valiente llamado Tito.

Todos vivían en armonía y se llevaban muy bien a pesar de sus diferencias. Un día, Leo propuso organizar una competencia para ver quién era el más rápido de todos. Lila la liebre se emocionó al instante y aceptó el desafío.

Rita la tortuga sonrió con calma y dijo que participaría también. Tito el tigre rugió de emoción ante la idea, mientras que Sabio el búho asintió con su sabiduría. La carrera comenzó al día siguiente en un claro del bosque.

Todos estaban listos en la línea de partida, con Leo como juez. Al dar la señal, Lila salió disparada a toda velocidad seguida por Tito, quien corría con fuerza.

Rita avanzaba lentamente pero con constancia, mientras que Sabio volaba por encima observando todo desde arriba. Lila estaba tan concentrada en correr lo más rápido posible que no se dio cuenta de un gran tronco caído en su camino. Cuando estaba a punto de tropezar, escuchó a Rita decirle: "-¡Cuidado!".

La tortuga había visto el peligro y ayudó a Lila a esquivarlo. Mientras tanto, Tito seguía cerca de Lila cuando vio que un río bloqueaba el camino hacia la meta.

Sin dudarlo, saltó sobre las rocas para cruzarlo rápidamente. Pero justo antes de llegar al otro lado, resbaló y estuvo a punto de caer al agua cuando Sabio lo agarró con sus garras y lo llevó sano y salvo hasta la orilla opuesta.

Finalmente, Rita continuaba avanzando paso a paso sin detenerse cuando vio que Lila estaba exhausta y no podía seguir corriendo. Con su calma habitual, se acercó a ella y le dijo: "-No estás sola; juntas podemos llegar".

Las cuatro criaturas se reunieron entonces para cruzar juntas la línea de meta tomadas del uno al otro: primero llegaron Rita y Lila seguidas por Tito sosteniendo entre sus fauces a Leo quien había sido herido tratando salvar los demás animales.

Leo declaró empate entre todos ya que cada uno demostró ser especial e importante en su propia manera durante la carrera. A partir de ese día entendieron que trabajar juntos superando obstáculos era mucho más valioso que ganar una competencia.

Desde entonces, Leo cuidaba del grupo usando su fuerza para protegerlos; Sabio usaba su inteligencia para guiarlos; Rita usaba su paciencia para enseñarles; Lila usaba su velocidad para llevar mensajes urgentes; y Tito usaba su valentía para enfrentar los peligros.

Y así vivieron felices trabajando en equipo para alcanzar sus metas mientras disfrutaban de las aventuras diarias en la selva donde habían aprendido que cada uno tenía algo único qué ofrecer al grupo.

FIN.

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