La Carrera de los Cuatro Amigos



En un pequeño país llamado Celeria, cuatro amigos soñaban con participar en los Juegos Olímpicos. Sofía, una corredora rápida como el viento, siempre decía: "¡Voy a ganar la medalla de oro con mi velocidad!"- enquanto que Lucas, con su estratégico enfoque, decía: "No solo es velocidad, hay que pensar en la técnica".- Valentina, una atleta que amaba entrenar en equipo, añadía: "Lo importante es disfrutar la carrera juntos."- Finalmente, estaba Mateo, que siempre estaba allí para aportar humor: "¡Si me caigo, espero que mis amigos me ayuden a levantarme!"-

Un día, después de muchos meses de entrenamiento, recibieron una carta que decía que las clasificatorias para los Juegos Olímpicos se celebrarían en su ciudad. La emoción invadió Celeria, ¡el momento que todos habían estado esperando había llegado!

Los cuatro amigos decidieron entrenar cada día con nuevas metas. Sofía se centró en mejorar su resistencia, mientras Lucas trabajaba en su técnica de arranque. Valentina los motivaba a no rendirse y Mateo siempre encontraba la manera de hacer que los entrenamientos fueran divertidos.

Después de semanas de duro trabajo, llegó el día de las clasificatorias. El ambiente estaba lleno de emoción y expectación. Cuando comenzó la carrera, Sofía tomó la delantera rápidamente, pero al poco tiempo, se dio cuenta de que había comenzado demasiado rápido y se cansó. En ese instante, Lucas pasó junto a ella y le dijo: "¡Recuerda, Sofía, no se trata solo de ser la más rápida, sino de saber gestionar tu energía!"-

Sofía se acordó de las palabras de Lucas y decidió regular su ritmo. Mientras tanto, Valentina y Mateo corrían a su lado, apoyándose mutuamente. Sin embargo, cuando estaban a punto de cruzar la meta, Mateo tropezó y cayó.

"¡Mateo!"- gritaron al unísono los demás. Sin dudarlo, Sofía y Lucas se detuvieron y ayudaron a Mateo a levantarse. "No te preocupes, amigo, ¡vamos a hacerlo juntos!"- dijo Valentina con una sonrisa.

Con renovada fuerza, los tres amigos rodearon a Mateo y, en un acto de verdadera unión, corrieron juntos hacia la meta, de la mano. El público estalló en vítores por su increíble espíritu de equipo. Aunque no llegaron primeros, el jurado decidió otorgarles una medalla especial por su valor y solidaridad.

Al final del día, mientras observaban el brillo de su medalla de equipo, Sofía, Lucas, Valentina y Mateo comprendieron que, a veces, ganar no significa ser el primero. La verdadera victoria estaba en la amistad, el apoyo y el respeto que compartían. Así, prometieron seguir corriendo, juntos, en todas las carreras de la vida. No solo eran competidores, sino también un equipo inquebrantable.

En la ceremonia de clausura, miraron hacia el horizonte y soñaron con lo que vendría. "Tal vez algún día volvamos a intentarlo, pero mientras tanto, hay muchas más aventuras esperando por nosotros"- dijo Mateo, y todos rieron.

Y así, Celeria se llenó de risas y nuevas metas, mientras los cuatro amigos sabían que el espíritu olímpico no solo se encontraba en las medallas, sino también en el amor que compartían entre sí.

FIN.

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