La Carrera de los Minions y los Increíbles



Era un hermoso día en la ciudad, y los Minions estaban llenos de energía. Habían escuchado rumores de que Los Increíbles estaban realizando una carrera de velocidad en el parque, y decidieron que era la oportunidad perfecta para demostrar que no solo eran buenos en la cocina, sino también en correr.

Los Minions se agruparon:

"¡Banana, banana!" dijo Kevin, el líder, emocionado.

"¡Vamos a ganar!" agregó Stuart, haciendo saltos de alegría.

"¡Yo seré el que corra más rápido!" gritó Bob, quien siempre soñaba con ser un superhéroe como los Increíbles.

Al llegar al parque, Los Increíbles estaban calentando. Mr. Increíble, Elastigirl, Violet y Dash los miraron con curiosidad.

"¿Qué hacen ustedes aquí?" preguntó Dash, el más rápido de la familia.

"¡Queremos competir!" exclamó Kevin con entusiasmo.

"¿Una carrera? Eso suena divertido" dijo Elastigirl.

Los dos grupos decidieron hacer una carrera. Todos estaban emocionados por la competencia. El camino estaba trazado y las reglas eran simples: quien atravesara la meta primero, ganaría.

"¡A la cuenta de tres!" gritó Elastigirl.

"Una... dos... tres... ¡ya!"

Los Increíbles salieron disparados, mientras los Minions corrían con todo su esfuerzo pero, rápidamente, se dieron cuenta de que no podían competir con la velocidad de Dash.

"¡Vamos, chicos!" gritó Kevin.

"¡No dejemos que se nos escapen!" agregó Bob, mientras trataba de mantener el ritmo.

Sin embargo, a mitad de la carrera, un imprevisto ocurrió: ¡un gran perro apareció corriendo hacia el camino!"¡Cuidado!" gritó Elastigirl, estirando su brazo para proteger a los espectadores.

"¡Rápido! ¡Desviémonos!" dijo Violet, mientras los Increíbles usaban sus habilidades para sortear al perro con agilidad.

Los Minions, aunque no eran tan veloces, trataron de moverse también. Cuando el perro pasó, todos, incluidos los Increíbles, se rieron al notar cómo los Minions se habían caído en un montón de risas.

"¡Eso fue divertido!" dijo Bob, mientras se limpiaba la tierra de su traje amarillo.

"Sí, pero no podemos rendirnos" añadió Kevin.

Con el entusiasmo renovado, los Minions se levantaron y comenzaron a correr nuevamente, repletos de energía. A medida que se acercaban a la meta, algo inesperado pasó: Dash, quien iba adelante, se dio cuenta de que sus amigos Minions se esforzaban mucho.

"¡Espera, grupo!" gritó Dash, girándose hacia ellos.

"¿Qué pasa?" preguntó Elastigirl confundida.

"Ellos están esforzándose tanto, no quiero ganar solo por velocidad. ¡Quiero que todos se diviertan!"

Al escuchar eso, Violet sonrió y dijo:

"¡Esa es una buena idea! ¡Sigamos juntos!"

"¡Sí! ¡Más divertido así!" agregó Bob entusiasmado.

Todos decidieron correr juntos, formando un gran grupo hacia la meta. Llegaron juntos, y aunque por un segundo parecía que Los Increíbles habían ganado, en realidad, habían cruzado la meta al mismo tiempo junto a los Minions.

"¡Es un empate!" exclamó Elastigirl.

"¡Eso fue increíble!" dijo Kevin con una gran sonrisa.

"¡Sí! Sí, fue increíble y divertido!" agregó Stuart.

Al finalizar la carrera, decidieron celebrar el vínculo que habían formado durante ese día. Todos juntos fueron a la heladería del parque.

"¡Yo quiero helado de banana!" gritó Bob.

"Yo quiero uno de frutilla!" exclamó Dash.

Mientras disfrutaban de sus helados, las risas y juegos eran contagiosos.

"¿No es genial que todos seamos amigos?" preguntó Violet.

"Sí, disfrutando juntos y correteando un rato. ¡Hay que hacerlo más seguido!" dijo Kevin.

Así, los Minions y Los Increíbles aprendieron que no siempre se trata de ganar, sino de disfrutar del camino y la compañía de amigos.

Y así, con el sol brillando, se fueron contentos hacia un nuevo día de aventuras, sabiendo que la amistad era el verdadero premio que todos atesoraban.

FIN.

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