La Carrera de los Sueños



Era un día soleado en Maracena, y los alumnos del colegio Sagrado Corazón estaban emocionados. Habían decidido organizar una carrera solidaria para ayudar a los que más lo necesitaban.

nnEl grupo de organizadores estaba formado por tres amigos inseparables: Lucas, Sofía y Mateo.

Mientras corrían por el patio de la escuela, Lucas dijo: "Che, ¿te imaginas cuántas personas podríamos ayudar con lo que recaudemos?"-nnSofía, siempre entusiasta, respondió: "¡Sí! ¡Podríamos comprar comida, ropa o hasta juguetes para los chicos!"-nnMateo, un poco más pensativo, agregó: "Pero tenemos que hacer que todos se enteren de nuestra carrera. Necesitamos que participe la mayor cantidad de gente posible."-nnAsí que los tres amigos se pusieron manos a la obra.

Hicieron carteles coloridos y recorrían las aulas contándoles a sus compañeros sobre la carrera que se llevaría a cabo el viernes 18 de octubre. Todos estaban entusiasmados ante la perspectiva de correr y ayudar al mismo tiempo.

nnSin embargo, a medida que se acercaba el gran día, los organizadores comenzaron a notar que se necesitaba un sponsor para poder organizar el evento adecuadamente. "¿Y si hablo con mi papá?"-, dijo Lucas. "Él tiene una tienda de deportes y seguro puede darnos algunas donaciones para los corredores."-nnSofía

y Mateo estuvieron de acuerdo, y Lucas se fue a hablar con su papa. Al llegar a casa, Lucas explicó lo que estaban haciendo. nn"Papá, estamos haciendo una carrera solidaria y necesitamos ayuda para que todos puedan participar.

¿Podrías darnos algunas camisetas y medallas para los corredores?"-nnEl padre de Lucas se sonrió y respondió: "Claro, hijo. Me encanta lo que están haciendo. Les voy a ayudar con lo que pueda."-nnEl

día de la carrera llegó y la escuela se llenó de alegría. Los alumnos vestían camisetas de colores, y había globos por doquier. La música sonaba y todos estaban emocionados. nnJusto cuando estaban por dar la señal de partida, apareció un nuevo alumno, Tomás, que acababa de mudarse a la ciudad.

Se notaba que estaba nervioso y solo. nn"Hola, yo soy Tomás, ¿puedo correr con ustedes?"- preguntó. nnMateo, con una gran sonrisa, le respondió: "¡Claro que sí! Cuantos más seamos, mejor. Vení, te mostramos el circuito."-nnLa

carrera dio comienzo y todos corrieron con alegría. Al paso del tiempo, algunas personas comenzaron a sentir que no podían seguir. nn"¡Ayuda!"- gritó un chico que se había torcido el tobillo. Tomás, al escuchar el grito, se dio vuelta y decidió ayudarlo. nn"No te preocupes.

Yo te llevo en mi espalda hasta que lleguemos a la meta. Moverse es importante, pero también lo es ayudarnos entre nosotros"- dijo Tomás con determinación.nnTodos los chicos se dieron cuenta de lo que estaba haciendo Tomás.

Se unieron a él y empezaron a ayudar a su compañero herido. nnFinalmente, cuando la carrera terminó, todos se abrazaron y celebraron, sabiendo que habían logrado algo hermoso y significativo.

nnLa recaudación fue increíble, logrando juntar el dinero suficiente para ayudar a varias familias de la comunidad. Lucas, Sofía y Mateo se sintieron orgullosos, pero lo más emocionante fue ver a Tomás sonreír entre sus nuevos amigos. nn"Todo el esfuerzo valió la pena.

Ahora no solo ayudamos a otros, sino que también hicimos un nuevo amigo"-, dijo Sofía emocionada. nnA partir de ese día, la carrera solidaria se convirtió en una tradición en el Sagrado Corazón, un evento donde todos corrían juntos, no solo por ellos, sino por todos.

FIN.

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