La Carrera del León y la Tortuga



En la vasta selva de la Patagonia, vivían un león fuerte y veloz llamado Leo y una tortuga sabia y paciente llamada Tita. Un día, mientras el león se pavoneaba, Tita decidió acercarse y proponerle un juego.

-Tita: "¿Qué te parece, Leo? ¿Una carrera hasta el gran árbol de eucalipto?"

-Leo: "¿Una carrera? Pero, Tita, ¿no ves que soy el rey de la selva? ¡Te ganaré en un abrir y cerrar de ojos!"

-Tita: "Tal vez sí, pero creo que podría sorprenderte. ¿Qué dices?"

-Leo, confiado en su rapidez, aceptó el reto con una sonrisa burlona. La noticia de la carrera se esparció rápidamente por la selva, y todos los animales vinieron a ver el espectáculo.

El día de la carrera, el sol brillaba y una multitud de animales se reunió en la línea de salida.

-Leo: "¿Estás lista, Tita?"

-Tita: "Claro, Leo. Pero recuerda, no lo hagamos solo por ganar, hagámoslo por la diversión."

-Leo: "¡Sí, divirtámonos!"

"¡A la cuenta de tres!" gritó el loro, quien se encargaba de dar la salida.

"Uno, dos, tres... ¡Ya!"

En un instante, Leo salió disparado, dejando apenas una nube de polvo tras de sí.

-Tita, por su parte, comenzó a moverse a su propio ritmo. Con cada paso, pensaba en lo hermosa que era la naturaleza que la rodeaba y en lo que significaba la amistad. Pero Leo no tardó en mirar hacia atrás y ver a Tita muy lejos.

-Leo: "¡Es tan lenta! ¡Voy a descansar un rato en la sombra de ese árbol!"

Se echó en el pasto, disfrutando del sol y rápidamente se quedó dormido, mientras Tita seguía avanzando despacito y sin detenerse.

Un rato más tarde, Leo se despertó y se dio cuenta, preocupado, de que Tita ya había avanzado mucho.

-Leo: "¡Oh no! Tengo que correr!"

Corrió con todas sus fuerzas, pero a medida que avanzaba, se dio cuenta de que había pasado por alto muchas cosas hermosas de la selva. Podía ver todo tipo de flores coloridas y escuchar el canto de los pájaros.

-Leo: "¡Qué bonito es todo esto!" pensó mientras corría.

Pero cuando finalmente llegó al gran árbol de eucalipto, vio a Tita esperándolo con una gran sonrisa en su rostro.

-Tita: "Hola Leo, llegaste justo a tiempo. He estado disfrutando todo el camino "

-Leo, agotado pero feliz, se dio cuenta de que su arrogancia lo había hecho perderse muchas cosas hermosas.

-Leo: "Tita, tal vez subestime tu perseverancia... Además, disfrute el paisaje mientras corría y me di cuenta de lo mucho que me había perdido. ¡Te admiro!"

-Tita: "Gracias, Leo. La vida no se trata solo de ser el más rápido, sino de disfrutar el camino y aprender en el trayecto."

A partir de ese día, Leo ya no solo se preocupó por ser el rey de la selva. Aprendió algo muy valioso de su amiga Tita y decidió hacer más carreras en las que pudiera disfrutar y aprender al mismo tiempo.

La tortuga y el león, cada vez más amigos, continuaron creando historias y disfrutando de la belleza de la vida. Y así, el rey de la selva y la tortuga sabia demostraron que la verdadera victoria no siempre está en llegar primero, sino en disfrutar del viaje y hacer buenos amigos en el camino.

FIN.

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