La Carrera hacia la Estrella
Había una vez en un bosque encantado, tres árboles de Navidad que esperaban con ansias la llegada de las fiestas. Cada uno de ellos tenía una altura diferente: uno era pequeño, otro mediano y el último, alto. A medida que se acercaba la Navidad, empezaron a hablar sobre la estrella que adornaba la cima de cada árbol.
"Yo seré el primero en alcanzar la estrella, soy el más alto," -dijo el árbol alto con una voz llena de confianza.
"No tan rápido!" -respondió el árbol mediano, moviendo sus ramas emocionado."Yo tengo las ramas más fuertes y puedo extenderme más lejos. ¡Estaré yo primero!"
"Ustedes dos, no se dan cuenta de que mi tamaño me permitirá ser el más ágil," -dijo el árbol pequeño, entre risas."Podré saltar y alcanzar la estrella que todos desean."
Los tres árboles decidieron tener una competencia amigable para ver quién alcanzaría primero la estrella. Se prepararon y establecieron un día para el gran evento. Mientras tanto, el pequeño árbol se sentía un poco inseguro por su estatura, pero decidió que quería intentar alcanzar su sueño.
El día de la competencia llegó y todos los animales del bosque vinieron a ver el gran evento. El árbol alto fue el primero en prepararse. Con una gran carrera, se estiró y saltó, pero ¡oh sorpresa! Sus ramas eran tan pesadas que no pudo impulsarse bien y terminó cayendo al suelo. Todos los animales se rieron, pero el árbol alto no se desanimó.
"¡No se preocupen! Volveré a intentarlo!" -gritó con una sonrisa.
Luego fue el turno del árbol mediano. Él empezó a correr y a saltar también, confiado en que podría lograrlo. Sin embargo, se enredó en sus propias ramas y cayó, riéndose al darse cuenta de que había calculado mal el salto.
"¡Creo que el gran salto no era la respuesta!" -dijo, mientras se reía de sí mismo.
Finalmente, llegó el turno del pequeño árbol. Con una gran determinación, observó a sus amigos y recordó lo que sus ramas le habían enseñado. En lugar de tratar de saltar alto, pensó en cómo podría usar su agilidad a su favor.
"Estoy listo para intentarlo!" -dijo el árbol pequeño, mientras observaba el camino hacia la estrella.
El pequeño árbol rápidamente corrió, hizo un giro ágil y se impulsó hacia arriba con su pequeña estatura, justo a tiempo para tocar a la estrella con una de sus ramas más altas. Todos los animales del bosque estallaron en aplausos.
"¡Lo lograste!" -gritaron, emocionados.
"Gracias!" -dijo el árbol pequeño, con una sonrisa brillante."Nunca pensé que ser pequeño tendría sus ventajas. A veces, la velocidad y la astucia son más importantes que la altura."
Los árboles alto y mediano también se unieron a la celebración, reconociendo que aunque no habían llegado primero, habían aprendido algo importante. A veces, trabajar juntos y entender las fortalezas de cada uno es lo que realmente marca la diferencia.
Desde ese día, los tres árboles de Navidad se volvieron amigos inseparables, siempre recordando que cada uno tenía su propia belleza y valor. Y así, el bosque brilló cada Navidad, no solo por sus árboles, sino por la amistad y el respeto que se habían ganado entre ellos. Y cuando se veían al espejo de la luna llena, cada uno se reconocía en el brillo de la estrella.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.