La carrera solidaria de Mila la mariposa


Había una vez en un hermoso jardín, una mariposa llamada Mila. Mila era una mariposa muy curiosa y siempre estaba en busca de aventuras.

Un día, mientras revoloteaba entre las flores, se encontró con sus amigos Lucas el caracol y Martina la abeja. "¡Hola Mila! ¿A dónde vas tan apurada?" preguntó Lucas con su voz tranquila de caracol. "¡Hola amigos! Estoy buscando algo emocionante que hacer hoy", respondió Mila con entusiasmo.

"Yo sé qué podemos hacer", intervino Martina zumbando alegremente. "¿Qué les parece si organizamos una carrera por todo el jardín?"Mila y Lucas estuvieron de acuerdo con la idea y rápidamente comenzaron a prepararse para la carrera.

Martina trazó un recorrido por las flores más coloridas y perfumadas del jardín, mientras Mila y Lucas se ponían nerviosos por la emoción del desafío. Al dar la señal de inicio, las tres criaturas empezaron a correr lo más rápido que podían.

Mila volaba veloz como el viento, Lucas se deslizaba lentamente pero con constancia, y Martina zumbaba animadamente esquivando obstáculos. La carrera estaba reñida y ninguno quería quedar atrás.

De repente, al doblar una esquina del jardín, se encontraron con un pequeño sapito llamado René que parecía triste y solitario. "¿Qué te sucede, René?" preguntó preocupada Mila deteniendo la carrera. René les contó que había perdido a su familia en el camino hacia el estanque y no sabía cómo llegar hasta allí.

Los amigos mariposa, caracol y abeja sintieron compasión por él e inmediatamente decidieron ayudarlo. "No te preocupes René, nosotros te llevaremos sano y salvo hasta el estanque", dijo Lucas con amabilidad.

Así fue como los cuatro nuevos amigos emprendieron juntos un nuevo camino hacia el estanque.

Mila guiaba desde arriba volando alto para encontrar el mejor camino, Lucas marcaba el paso lento pero seguro para que René no se cansara demasiado, y Martina iba adelante limpiando cualquier obstáculo en el camino con su zumbido vibrante. Finalmente llegaron al estanque donde la familia de René los esperaba angustiada.

Al verlo llegar junto a sus nuevos amigos sonrieron emocionados y agradecidos por haberlo encontrado sano y salvo gracias a la ayuda de ellos. La mariposa Mila aprendió que la verdadera aventura no siempre está en buscar emoción o competir, sino en ayudar a quienes lo necesitan sin esperar nada a cambio.

Y así, entre risas y abrazos de alegría por haber reunido a René con su familia, los cuatro amigos supieron que juntos eran capaces de superar cualquier obstáculo en ese mágico jardín donde la amistad siempre florecía como las más bellas flores primaverales.

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