La Carrera Solidaria del Colegio Sagrado Corazón
Era un hermoso viernes por la mañana en el Colegio Sagrado Corazón. Los estudiantes se preparaban con entusiasmo para la Carrera Solidaria, un evento que no solo buscaba promover la actividad física, sino también ayudar a quienes más lo necesitan.
Carlos e Irene eran los mejores amigos y estaban emocionados por participar en la carrera. Cada uno había recibido un número diferente de sponsor, personas que los apoyaban donando dinero por cada vuelta que dieran en el circuito.
"¿Cuántas vueltas crees que podemos hacer, Carlos?" - preguntó Irene, mientras ataba sus zapatillas con mucha determinación.
"¡Vamos por cinco!" - respondió Carlos con una sonrisa. "Lo importante es que seamos un gran equipo."
Los estudiantes se reunieron en el patio principal, donde sus maestros les dieron algunas instrucciones. Se entregaron camisetas que tenían un gran corazón dibujado, simbolizando la solidaridad.
Mientras calentaban, Carlos e Irene notaron que algunos compañeros parecían un poco nerviosos. Entre ellos estaba Juan, quien siempre era el primero en llegar a la meta, pero este año no se sentía seguro.
"¡Juan!" - gritó Carlos "¿Estás listo para darlo todo en la carrera?"
"No sé, chicos. Me preocupa no poder correr tan rápido como el año pasado" - respondió Juan, con un leve suspiro.
Irene se acercó y le dio un abrazo.
"Lo que importa es que participes. ¡No estás solo! Todos nosotros vamos a correr juntos, y eso es lo que cuenta."
La carrera comenzó y los participantes salieron disparados. Carlos, Irene y Juan se quedaron juntos, alentándose entre ellos. A medida que recorrían la primera vuelta, se dieron cuenta de que el ambiente era increíble. Los padres aplaudían con entusiasmo, y algunos incluso llevaban carteles de apoyo.
"Mirá, ahí están mis padres" - dijo Juan, levantando la mano para saludarlos.
Pero a medida que avanzaban, se dieron cuenta de que algunos compañeros estaban teniendo dificultades. Uno de ellos, Miguel, se detuvo, visiblemente cansado.
"¡Miguel! ¿Estás bien?" - preguntó Carlos, deteniéndose.
"No puedo más..." - respondió Miguel, agachando la cabeza.
Irene miró a Carlos y ambos supieron qué hacer.
"¡Vamos Miguel!" - exclamó Irene "Te ayudaremos, solo se trata de dar lo mejor de nosotros. ¡No te rindas!"
Carlos se acercó y con un gesto solidario le dijo:
"Yo te apoyo, vení. Un pasito a la vez y llegamos."
Miguel, con la ayuda de sus amigos, pudo continuar corriendo. A cada paso, Carlos e Irene cantaban una canción divertida que habían inventado para motivarse.
"¡Un, dos, tres, disfrutemos del correr!" - cantaban.
Otros compañeros, al verlos, se motivaron también y comenzaron a cantar con ellos. La carrera se llenó de risas y alegría. Sin embargo, al finalizar la tercera vuelta, Carlos y sus amigos se dieron cuenta de que no podían llegar lejos si seguían ayudando a todos.
"Chicos, ¿y si hacemos una pausa y terminamos juntos?" - sugirió Carlos, exhausto pero decidido.
Irene asintió:
"Es una genial idea. Al final, ganar no es lo más importante, es disfrutar y ayudar".
Así que decidieron detenerse y formar un grupo de apoyo para todos los que estaban fatigados. Jugador a jugador, alentar y dar ánimos, hasta que pasaran juntos la meta justo todos. Al llegar a la última vuelta, un gran aplauso estalló al ver que, sin importar el tiempo, todos estaban juntos.
Al cruzar la línea de meta, los estudiantes fueron recibidos con abrazos y sonrisas de sus padres.
"¡Lo hicimos!" - gritó Juan, saltando de alegría.
"Sí, y ¡es todo gracias a que fuimos solidarios!" - dijo Carlos, orgulloso de lo que habían logrado.
La profesora Carmela, que organizó el evento, se adelantó con una gran sonrisa y les dijo:
"¡Estoy tan orgullosa de todos ustedes! Ganaron más que una carrera, ganaron el corazón de muchas personas. ¡Gracias!"
Ese día, todos aprendieron que la verdadera victoria está en el apoyo y la solidaridad entre amigos. La Carrera Solidaria no fue solo una competencia, sino una demostración de amor y fuerza conjunta.
Así terminó un gran día en el Colegio Sagrado Corazón, donde cada paso que dieron tiene un significado especial en sus corazones.
FIN.