La carta de Ana a Papá Noel
Había una vez una niña llamada Ana, que estaba muy emocionada porque se acercaba la Navidad. Desde hacía semanas, Ana no paraba de pensar en qué regalo pedirle a Papá Noel.
Todos los días miraba el árbol de Navidad con ansias, imaginando qué sorpresa le traería el hombre de barba blanca. Un día, Ana decidió que era el momento perfecto para escribir su carta a Papá Noel.
Se sentó en su escritorio con un lápiz y un papel y comenzó a pensar detenidamente qué era lo que más deseaba para Navidad. Después de mucho reflexionar, finalmente se decidió y comenzó a escribir:"Querido Papá Noel, Este año he sido muy buena y me he portado genial.
Me gustaría mucho recibir un juego de construcción para armar mis propios robots. ¡Me encantaría poder crear mis propias máquinas increíbles! Sé que es un regalo grande, pero prometo cuidarlo y jugar con él todos los días.
¡Gracias por escucharme! Con cariño, Ana"Una vez terminada la carta, Ana la dobló con cuidado y corrió hacia el buzón para enviarla lo antes posible al Polo Norte. Estaba tan emocionada que no podía esperar a ver si su deseo se cumpliría.
Los días pasaron y finalmente llegó Nochebuena. Ana estaba ansiosa por descubrir si Papá Noel había recibido su carta y le traería el regalo tan ansiado.
Esa noche dejó galletitas y leche junto al árbol, antes de irse a dormir con una sonrisa en el rostro. Al despertar la mañana siguiente, encontró bajo el árbol un gran paquete envuelto con papel brillante y un lazo rojo gigante. Con ojos llenos de emoción, abrió rápidamente el regalo y descubrió...
¡el juego de construcción para armar robots que tanto deseaba! Ana saltaba de alegría mientras abrazaba su nuevo juguete.
"¡Papá Noel me trajo exactamente lo que pedí en mi carta! ¡Estoy tan feliz!", exclamó Ana emocionada mientras mostraba su regalo a sus padres. Desde ese día, Ana aprendió la importancia de expresar sus deseos e ilusiones por escrito, confiando en que siempre es bueno compartir lo que uno desea en su corazón.
Y así vivieron felices durante toda la Navidad, disfrutando juntos del espíritu navideño y del amor familiar. Y colorín colorado este cuento ha terminado, pero recuerda: ¡nunca subestimes el poder mágico de una sincera carta dirigida a Papá Noel!
FIN.