La carta mágica



Era un día soleado en la ciudad de Buenos Aires, y Malena, una niña de siete años, estaba en su habitación, jugando con sus muñecas. De repente, se le ocurrió una idea brillante: ¡iba a escribirle una carta a su mamá! Desde hace tiempo, Malena quería decirle a su mamá cuánto la quería y lo mucho que apreciaba todo lo que hacía por ella.

Malena tomó un papelito de su cuaderno y comenzó a escribir:

'- Querida mamá, te quiero mucho. Gracias por ayudarme con mis tareas y por hacerme las mejores comidas. Eres la mejor mamá del mundo. Hoy quiero hacer algo especial para vos. Te quiero.'

Después de mucho pensar, decidió dibujar un corazón y unos colores alrededor de su mensaje. Muy contenta con su obra, Malena salió de su cuarto y fue al jardín de su casa, donde había un árbol muy grande y frondoso. Allí, se le ocurrió una idea mágica: haría un ritual especial para que su carta volara hasta su mamá.

Malena subió a la rama más baja del árbol y, con todas sus fuerzas, arrojó el papelito al aire. Al momento, una brisa suave lo tomó y lo llevó. Ella observó con emoción cómo su carta flotaba alejándose de ella.

'- ¡Vamos, carta! ¡Ve y dile a mi mamá cuánto la quiero!' -gritó entusiasmada.

Pero, para su sorpresa, en lugar de caer en el jardín, el papelito se enredó en las ramas de un árbol cercano. Desilusionada, Malena bajó del árbol y corrió hacia el lugar donde el papelito se había quedado atrapado.

Mientras intentaba alcanzarlo, se encontró con un pequeño grupo de mariposas que danzaban en el aire.

'- Hola, Malena. ¿Por qué estás tan triste?' -le preguntó una mariposa colorida.

'- Mi carta para mi mamá no llegó a donde quería. Se quedó atrapada en el árbol' -respondió Malena con un suspiro.

'- No te preocupes. Las cosas a veces no salen como quisiéramos. Pero puedes intentar nuevamente. Aquí, te damos un poco de magia.' -dijo otra mariposa.

Las mariposas comenzaron a volar alrededor de Malena, y en un instante, el papelito se desprendió de la rama y se desató. Se posó suavemente en la mano de Malena.

'- ¡Gracias! ¡Son las mejores!' -exclamó Malena, llena de alegría.

Con el papelito en la mano, regresó a su habitación, y decidió que, esta vez, haría algo diferente. Malena pensó en preparar un pequeño desayuno sorpresa para su mamá, y escribió:

'- Mamá, hoy te voy a preparar algo especial que te va a encantar. Por favor, no entres a la cocina antes de hora.'

Luego, preparó todo con sus mejores intenciones: unas tostadas, mermelada y un batido de frutas. A medida que lo hacía, recordaba todos los momentos felices que había compartido con su mamá y cuánto la quería.

Cuando todo estuvo listo, decidió dejarle la carta en el lugar donde su mamá siempre desayunaba. Cuando su mamá apareció, vio la mesa decorada con flores del jardín y una carta sobre su plato.

'- ¿Qué es esto?' -se preguntó, sorprendida y sonriente al mismo tiempo.

Leyó la carta y se conmovió por el cariño de su hija.

'- ¡Malena! ¡Esto es hermoso! Eres un gran chef. ¡Me encanta! ¿Cómo hiciste todo esto?' -preguntó su mamá, emocionada.

'- Con un poco de ayuda de las mariposas mágicas, mamita. Quería que supieras cuánto te quiero' -respondió Malena, sonriendo.

Y así, Malena aprendió que a veces las cosas no salen como planeamos, pero con un poco de esfuerzo y creatividad, se pueden transformar en momentos inolvidables. Desde ese día, cada vez que quería expresar su amor, sabía que no necesitaba un papelito, sino el acto de crear algo especial, y lo más importante: compartirlo con su mamá, la persona que siempre la apoyaba.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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