La carta rara de Pokémon
Había una vez un niño llamado Tomás que era muy aficionado a los juegos de cartas de Pokémon. Él amaba coleccionar las diferentes cartas y jugar con sus amigos en el parque.
Un día, mientras jugaba con su mejor amigo Lucas, Tomás notó que un pequeño niño llamado Satom se acercaba tímidamente hacia ellos. Satom tenía la mirada triste y parecía no tener muchos amigos con quien jugar.
Tomás le preguntó si quería unirse a ellos y jugar una partida de Pokémon, pero Satom respondió que no tenía ninguna carta. Los dos amigos sintieron mucha lástima por él y decidieron enseñarle todo sobre el juego para que pudiera divertirse también.
Así comenzaron a enseñarle las reglas básicas del juego y pronto Satom se convirtió en un jugador muy talentoso. Descubrieron que Satom era muy inteligente y aprendía rápido, lo cual les sorprendió mucho.
Un día, mientras caminaban juntos por el parque, encontraron una tienda de juegos donde vendían paquetes de cartas especiales de Pokémon. Tomás compró uno para él y otro para Lucas, pero también compró uno extra para dárselo a su nuevo amigo Satom.
Cuando abrieron los paquetes juntos, descubrieron algo increíble: ¡Satom había encontrado una carta rara e impresionante! Era la carta más valiosa del juego y todos estaban felices por él.
Pero al mismo tiempo apareció un chico mayor llamado Diego quien vio la carta rara de Satom e intentó arrebatarla diciendo mentiras como "esa es mía" o "yo te la cambio por otra carta". Tomás y Lucas no permitieron que Diego le quitara la carta a Satom, lo defendieron con valentía y lograron alejar al chico.
Después de ese día, los tres amigos se volvieron inseparables. Jugaron muchas partidas juntos y compartieron sus experiencias. Tomás y Lucas aprendieron que la amistad es más importante que las cartas o cualquier otro objeto material.
Satom también les enseñó una lección muy valiosa: que todos somos capaces de aprender algo nuevo si tenemos alguien que nos guíe y nos apoye en el camino.
Desde entonces, los tres amigos disfrutaron de cada momento juntos, jugando juegos divertidos e inspirándose mutuamente para ser mejores personas cada día.
FIN.