La casa de dulces
Basti y Sofi eran dos hermanos aventureros a los que les encantaba explorar el bosque. Un día, mientras caminaban por un sendero, vieron una casa de dulces.
No podían creer lo que veían: paredes hechas de galletas, techo de chocolate y ventanas de caramelo. "¡Mira Sofi! ¡Una casa de dulces! ¡Tenemos que probarlo!" exclamó Basti emocionado. Sin pensarlo dos veces, los hermanos corrieron hacia la casa y se comieron una ventana de chocolate deliciosa.
Pero cuando intentaron dar un segundo mordisco, algo extraño sucedió. "¡Ay! ¿Qué pasa con mi boca? ¡Está pegajosa!" gritó Sofi asustada.
De repente, apareció una bruja malvada y les dijo:"¡Ja ja ja! ¡Os tengo atrapados ahora! ¿Cómo os atrevéis a comer mi casa?"Los hermanos temblaban de miedo mientras la bruja los llevaba al interior de la casa. Allí encontraron a otros niños capturados por la bruja y convertidos en estatuas vivientes gracias a un hechizo maligno.
Pero Basti y Sofi no se rindieron tan fácilmente. Sabían que debían escapar para salvarse ellos mismos y también a los demás niños.
Entonces recordaron que habían dejado una marca en uno de los árboles cercanos al lugar donde se encontraba la casa. "Sofi, tenemos que llamar a Atos para pedir ayuda" dijo Basti decidido. Los hermanos gritaron el nombre del perro guardián que siempre los acompañaba en sus aventuras.
Y para su fortuna, Atos escuchó sus gritos y acudió inmediatamente en su ayuda. "¡Atos, ayúdanos! ¡La bruja nos ha atrapado!" exclamó Sofi aliviada. El perro guardián de los hermanitos Cepeda saltó sobre la bruja y le mordió el vestido.
La bruja cayó al suelo y soltó a los niños capturados. Entonces Basti tomó una varita mágica que encontró en la casa y pronunciando unas palabras logró deshacer el hechizo de la bruja.
"¡Sombras negras, alejense ya! ¡Que todos vuelvan a ser como antes!" dijo Basti con voz firme. Los niños capturados recuperaron su forma original y se abrazaron emocionados. Agradecieron a Basti, Sofi y Atos por rescatarlos de las garras de la malvada bruja.
Desde ese día, los hermanos aprendieron que siempre debían estar preparados ante cualquier situación peligrosa. Y que si trabajaban juntos podían superar cualquier obstáculo. Además, prometieron nunca más comerse nada sin saber primero de quién era esa casa o esas golosinas.
Y así termina esta historia llena de aventura, amistad y valentía protagonizada por dos hermanos dispuestos a todo para salvarse ellos mismos y también a otros niños atrapados por una malvada bruja del bosque.
FIN.