La Casa de la Armonía



Había una vez una casa muy especial, llamada "Casa Cama Cuarto Comida Comer". Esta casa era mágica, ya que dentro de ella vivían todos los muebles y objetos que normalmente encontramos en una casa.

La Casa Cama Cuarto Comida Comer tenía su propio espíritu y estaba muy orgullosa de ser un hogar acogedor y feliz. Pero había algo que la preocupaba: sus habitantes no se llevaban bien entre sí.

La cama siempre quería estar en el cuarto, pero la comida prefería estar en la cocina. Los muebles estaban siempre discutiendo sobre quién debía ocupar qué lugar. Un día, mientras todos discutían nuevamente sobre cómo distribuirse por la casa, apareció un niño llamado Martín.

Martín era curioso y le encantaba explorar cosas nuevas. Cuando vio a la Casa Cama Cuarto Comida Comer, quedó maravillado por su singularidad. Martín decidió entrar a la casa para conocerla mejor.

Al hacerlo, escuchó las discusiones entre los diferentes objetos y decidió intervenir. "¡Hola! Soy Martín", dijo el niño con entusiasmo. "¡Salgan de sus lugares! ¡Vengan aquí!", les pidió Martín a los muebles.

Uno por uno, los objetos salieron de sus rincones para reunirse frente al niño curioso. "¿Por qué están siempre peleando?", preguntó Martín con ternura. "Es que cada uno quiere estar en su lugar favorito", respondió tristemente el sofá. "Pero si todos quieren lo mismo, ¿por qué no pueden compartir?", sugirió Martín.

Los objetos se miraron entre sí, y poco a poco comenzaron a comprender el mensaje de Martín. Si todos compartían, podrían disfrutar juntos de la casa sin pelearse por los lugares.

Desde ese día, la Casa Cama Cuarto Comida Comer se convirtió en un hogar armonioso. La cama estaba en el cuarto pero también podía estar en el salón si alguien quería relajarse allí.

La comida estaba en la cocina, pero también se servía en el comedor para compartir momentos especiales con los demás muebles. Martín enseñó a todos que cuando compartimos y nos entendemos mutuamente, podemos vivir en paz y felicidad. Los objetos aprendieron a ser más flexibles y comprensivos entre sí.

Incluso comenzaron a trabajar juntos para crear nuevos espacios dentro de la casa donde cada uno pudiera tener su propio lugar favorito. La Casa Cama Cuarto Comida Comer se convirtió en un ejemplo para otras casas del vecindario.

Todos aprendieron que la diversidad y la cooperación son fundamentales para construir una comunidad fuerte y feliz. Y así fue como Martín ayudó a transformar una casa llena de discusiones en un hogar lleno de armonía y amor.

Desde entonces, tanto él como los muebles fueron muy felices viviendo juntos bajo el mismo techo.

FIN.

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