La casa de la igualdad


En un pequeño pueblo llamado Armonía, vivían dos amigos llamados Tomás y Valentina. Un día, decidieron construir una casa juntos. Comenzaron a cortar madera, a juntar piedras y a trabajar duro para levantar un hogar donde pudieran vivir felices.

Durante la construcción, se dieron cuenta de que cada uno tenía sus propias habilidades y fortalezas. "Valentina, tú eres muy buena para diseñar y planificar, y yo soy muy fuerte para levantar las paredes", dijo Tomás.

"Sí, y juntos formamos un gran equipo", respondió Valentina. Con el tiempo, la casa comenzó a tomar forma, pero se enfrentaron a un problema. "No tenemos suficientes materiales para terminar la casa", lamentó Valentina. Pero pronto, todos los habitantes del pueblo se acercaron a ayudar.

Cada persona trajo consigo algo: madera, clavos, pintura, y juntos lograron terminar la construcción. La casa de Tomás y Valentina se convirtió en un símbolo de igualdad y cooperación.

A partir de entonces, en el pueblo de Armonía, todos trabajaron juntos para construir un lugar mejor para vivir, donde cada persona era valorada por sus habilidades y donde la solidaridad reinaba. La casa de la igualdad se convirtió en el corazón de la comunidad, donde todos eran bienvenidos y respetados.

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