La Casa de las Figuras Geométricas

En un mundo mágico y colorido, vivían todas las figuras geométricas: el círculo, el cuadrado, el triángulo, el rectángulo, el pentágono y muchos más. Cada figura tenía su propia personalidad y habilidades especiales. Un día, decidieron unirse para construir una casa juntos.

El círculo era el más sabio y pacífico de todos. Él propuso que cada figura aportara sus cualidades únicas para construir un hogar perfecto. El cuadrado era fuerte y ordenado, perfecto para ser la base de la casa. El triángulo era ágil y podía alcanzar lugares altos. El rectángulo era amplio y podía brindar espacio para todos. El pentágono era creativo y podía diseñar hermosos detalles. Juntos, comenzaron a trabajar.

"¡Vamos, amigos!", exclamó el círculo. "Construyamos una casa que sea fuerte, espaciosa y hermosa." Cada figura puso su esfuerzo y habilidades en la construcción. El cuadrado se levantó como la base sólida, el triángulo trepó y colocó las tejas en el techo, el rectángulo creó habitaciones amplias y acogedoras, y el pentágono dibujó patrones elegantes en las paredes.

Pero, la envidia se coló en el corazón del hexágono, quien sentía que su forma no encajaba en ningún lugar. Él decidió sabotear el esfuerzo del grupo, causando problemas en la construcción. Las figuras tuvieron que unirse para resolver los obstáculos creados por el hexágono. Aprendieron que trabajar juntos era fundamental para lograr sus metas.

Finalmente, la casa de las figuras geométricas se alzó majestuosa, uniendo las cualidades únicas de cada figura en un hogar perfecto. La enseñanza que se llevaban era que, a pesar de las diferencias y desafíos, cuando trabajaban juntos, podían lograr grandes cosas. Y así, la casa se convirtió en un símbolo de amistad, cooperación y diversidad.

- ¡Qué hermosa quedó nuestra casa! - dijo el círculo, orgulloso. - ¡Es perfecta! - coincidieron las demás figuras. Y desde ese día, vivieron juntas, felices y unidas, demostrando que, con esfuerzo y trabajo en equipo, ¡todo es posible!