La casa de las mascotas valientes



En un pequeño pueblo rodeado de montañas vivían Carmen y Esmeralda, dos hermanas muy unidas que compartían todo, desde sus sueños más grandes hasta los momentos más simples.

Tenían un gatito llamado Pelusa y un ratoncito llamado Colita, quienes también eran inseparables. Un día, mientras jugaban en el jardín de su hogar, Carmen propuso a Esmeralda hacer una casa para Pelusa y Colita.

"¡Qué buena idea! Podemos usar cajas de cartón y decorarlas con telas y pegatinas", dijo Esmeralda emocionada. Las dos hermanas se pusieron manos a la obra y construyeron una hermosa casita para sus mascotas. Pelusa y Colita no podían creer lo bonita que quedó su nueva morada.

"¡Es perfecta! ¡Muchísimas gracias!", maulló Pelusa feliz. "¡Sí! Ahora tenemos nuestro propio hogar donde jugar y descansar juntos", chilló Colita emocionado. Esa noche, mientras todos dormían plácidamente en sus camitas, escucharon ruidos extraños provenientes del jardín.

Asustadas, Carmen y Esmeralda fueron a investigar qué estaba pasando. Para su sorpresa, vieron que unos pájaros estaban intentando robar la comida de Pelusa y Colita. "¡Deben irse inmediatamente! Esta es nuestra casa ahora", les gritó Carmen valientemente a los pájaros.

Los pájaros, asustados por la determinación de las niñas, salieron volando lejos de allí. Desde ese día en adelante, Pelusa y Colita tuvieron paz en su hogar gracias al coraje de Carmen y Esmeralda. Pero la tranquilidad duró poco tiempo.

Una tormenta feroz se acercaba al pueblo y amenazaba con derribar la casa de las chicas. Sin pensarlo dos veces, decidieron proteger a toda costa el refugio donde vivían sus queridas mascotas.

"¡Debemos ser fuertes como el viento pero firmes como una roca! ¡No dejaremos que nada les pase a Pelusa y Colita!", exclamó Esmeralda con determinación. Con ingenio e imaginación lograron reforzar la casita con ramas secas y piedras para resistir el embate del temporal.

La tormenta llegó con furia pero gracias al trabajo en equipo de las hermanas lograron mantener seguro el hogar de Pelusa y Colita.

Al finalizar la tormenta, salió el sol brillante iluminando el jardín donde ahora lucía imponente la casita hecha por Carmen y Esmeralda junto a sus fieles amigos animals dentro disfrutando del calor del nuevo día.

Desde entonces, cada vez que miraban aquella pequeña construcción recordaban lo importante que era cuidar no solo a quienes amamos sino también aquellos seres indefensos que dependen de nosotros para sentirse seguros en este mundo tan grande e impredecible. Y así siguieron viviendo aventuras juntos en su hogar lleno de amor e ingenio.

FIN.

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