La Casa de las Sombras

Era una noche oscura y tormentosa cuando un grupo de amigos decidió explorar una antigua casa abandonada en el bosque. Al entrar, la puerta chirrió y una brisa helada recorrió sus espaldas.

"¿Escucharon eso?" dijo Tomás, con voz temblorosa.

"Solo fue el viento," respondió Lucía, aunque no estaba tan segura.

A medida que avanzaban, encontraron una habitación llena de espejos, donde sus reflejos parecían moverse independientemente de ellos.

"¡Esto es raro!" exclamó Javier, acercándose a un espejo.

De repente, un reflejo sonrió, aunque Javier no lo hizo. Los amigos se dieron cuenta de que no estaban solos.

"¡Corran!" gritó Lucía, mientras las sombras comenzaban a acercarse.

Al final, lograron salir corriendo de la casa, decididos a no volver nunca más, aunque las sombras parecían haberlos seguido hasta el bosque.

Desde esa noche, aprendieron a apreciar la luz, siempre recordando que a veces, lo desconocido puede ser más aterrador de lo que parece.